La octava edición de la Noche en Blanco de Loja congregó a cientos de lojeños y visitantes en la tarde-noche del pasado viernes 6 de octubre, a lo largo de todo el eje comercial de la ciudad, desde el casco histórico, pasando por la avenida de los Ángeles hasta la confluencia con Rafael Pérez del Álamo. Música, deporte, cultura, gastronomía y compras fueron los ingredientes para un acontecimiento que se consolida en el tiempo.
Se trató del primer gran evento comercial, organizado por la nueva directiva de la Asociación Lojeña de Comercio e Industria (ALCI) con la colaboración del Ayuntamiento, que supo reunir a más de 40 firmas de negocios, arropadas por una veintena de propuestas artísticas y culturales para incentivar las compras en los establecimientos de la localidad.
El nuevo presidente de la ALCI, Jesús Ramos, destacó el “buen tiempo” que acompañó a la cita y que invitó a que “la gente salga, disfrute y compre en los pequeños y medianos comercios”, valorando positivamente. Subrayó lo complicado que es llevar a cabo esta actividad porque “el presupuesto ha sido diez veces menor que el de la edición pasada”.
A su vez, agradeció el esfuerzo de todos los colectivos participantes para que “salga adelante, todo el mundo disfrute y sea beneficiosa para los comercios” por lo que hacía un llamamiento al consumo local y a que todos los establecimientos participen en este tipo de iniciativas, como la Feria de la Tapa que se celebrará a finales de octubre.
Las tiendas volvieron a sacaron a la calle hasta la medianoche sus mejores productos con grandes descuentos como reclamo en esta cita tan especial y esperada del otoño. En esta ocasión, a los clientes se les obsequió con un vale consumición en los establecimientos hosteleros adheridos a la actividad. Entre los comercios consultados, casi todos los empresarios y autónomos coincidían en que “se compre en Loja, ya que los comercios están para dar servicio a la localidad”. Ana, de ‘Coser y cantar’ estaba “encantada de participar” y anima “a comprar y luego consumir”.
Entre las grandes novedades de este año, la participación de los comercios del centro histórico y la inclusión de edificios emblemáticos de la ciudad, como La Alcazaba y el Convento de Santa Clara.
Nueve fueron los escenarios donde se concentró la actividad en este día, desde primeras horas de la tarde hasta bien avanzada la medianoche. En total, una veintena de propuestas para todos los gustos y edades animaron a lojeños y visitantes a disfrutar de esta fiesta del comercio en la calle con el único objetivo de fomentar las compras y el consumo en los establecimientos de la ciudad.
PROGRAMA
La jornada comenzó en pleno centro histórico. La plaza de la Constitución albergó la zona infantil con un castillo hinchable y talleres para los más pequeños, seguido de un cuentacuentos de María Castillo y animación infantil, a cargo de Non Stop. Los asistentes tuvieron también la oportunidad de fotografiarse con los personajes favoritos de la televisión.
A pocos metros se instaló la zona deportiva. Exactamente, la plaza Joaquín Costa se convirtió en un campo de fútbol 3×3, donde se disputaron dos torneos, tanto de los clubes de fútbol Medina Lauxa como del Loja Femenino CF en las categorías de benjamín y alevín. Ya llegada la noche le tocó el turno a las jóvenes gimnastas del club Medina Lauxa, quienes realizaron una exhibición de rítmica y acrobática con la fachada del CIC El Pósito, como telón de fondo.
Del deporte a la recreación teatral que se localizó en el lugar más histórico de la ciudad: La Alcazaba. Allí una representación de miembros del colectivo cultural ‘Loja, 2 reinos, 2 culturas’ fue el encargado de realizar las visitas guiadas al museo, sumergiendo al más de un centenar de visitantes que se pasaron por esta fortaleza en la época medieval, ataviados con el ropaje de la época.
Ya de regreso a la vía principal, donde se desarrolló principalmente la Noche en Blanco, la siguiente actuación se desarrolló en la plaza de la Victoria. Allí la cantante local Irene López, amenizó la velada con canciones folclóricas y muy conocidas por el público asistente que, en seguida, se animó a dar sus primeros pasos de baile. También estuvo bailando la asociación ‘Amigos del baile’.
La siguiente parada se encontraba fuera del recorrido principal. Concretamente, en la Cuesta de las Monjas, donde se emplaza el convento de Santa Clara, Bien de Interés Cultural, que data de 1527. Fue otra de las propuestas novedosas que tuvo muy buena respuesta de público que se acercó a conocer esta bella iglesia, reformada en los últimos años. El técnico Ramón Pérez fue el encargado de ilustrar las tres visitas guiadas a este templo de las monjas clarisas.
De la Cuesta de las Monjas a la Avenida de los Ángeles. Allí se concentraron por la zona de los soportales los castillos hinchables saltarines, pero todas las miradas se centraron en las actuaciones de la Academia Foolproof, de Isabel Molina, que también reunieron a multitud de personas en exhibiciones de baile flamenco y urbano que animó a más de un espectador.
De allí directos a la Plaza Blanca, donde se congregaron a primera hora de la tarde las exhibiciones de la Escuela Deportiva de Aerobic y del Centro Deportivo Urbano. Con la noche llegaron los versos improvisados de rap con la batalla de gallos de miembros de la asociación Raw Mit y, a continuación, el grupo avanzado de la Academia Foolprof, junto a la asociación de bailes ‘Swim Swim Granada’, todo amenizado por DJ Yeyé.
El final del recorrido se situó en la zona de Deportes Open y Taberna de Pepe. El lugar elegido para conciertos de música clásica, a cargo de Sofía Ochoa, al violín, y Ángela Fuster, al violonchelo; que dieron paso al dúo musical Laura Aguilera y Pedro Hidalgo ‘Al vaya y venga’.
La octava edición de la Noche en Blanco de Loja finalizó con un gran concierto en el parque de los Ángeles, donde se reunió todo el público que había disfrutado de las numerosas propuestas y descuentos que ofrecieron ese día los comercios lojeños a sus clientes. Concretamente, la banda lojeña ‘Los superhéroes de barrio’ y ‘Destino Pop’ con versiones de los 80 y 90, animaron más el ambiente de una noche que ya se ha convertido en todo un clásico en el calendario comercial lojeño.
