Loja exporta solidaridad en estos tiempos de crisis sanitarias. Una docena de vecinas de Loja trabajan de forma voluntaria en la realización de mascarillas con tal aceptación que ya han repartido unas 2.000 unidades y tienen pedidos para llevar a cabo otras 3.000. Su labor es totalmente altruista al igual que el apoyo de empresarios del textil de Loja que les facilitan los materiales para la realización de mismas.
Esta bonita iniciativa surge de Emilia Quirós Menéndez, vecina del Barrio San Antonio, que recogió la idea de hacer mascarillas de su madre, que desde Valencia se puso a hacerlas una vez comprobó que el virus estaba llegando a España. Tanto Emilia como su ex marido son pacientes oncológicos que habitualmente tienen que ir al hospital por lo que para ayudar decidieron hacer unas cuantas y mandarlas en un sobre por correo. “Le dimos a nuestros enfermeros y médicos de oncología unas pocas y al ver que les gusto tanto la idea, mi hija nos animó a mi ex y a mí a seguir haciéndolas”, comenta Emilia quien afirma que a partir de ahí su ex puso la tela y ella buscó la mano de obra pidiendo colaboración a sus vecinas. “A las 8 de la tarde les pregunté a las más cercanas por el balcón, y no dudaron ni un minuto”, exclama orgullosa Emilia.
Esta idea se convirtió en toda una bendición para varios colectivos que ven facilitado este producto tan escaso. Ahora ya son varios los confeccionistas de Loja los que aportan material y son 12 mujeres de todo el municipio las que cosen en sus casas.
Las mascarillas son de algodón 100% que son desinfectadas con alcohol a una temperatura superior a los 60grados. Cada una se aísla en su bolsa que también son donadas por un mayorista de supermercado, así como el alcohol.
Hasta el momento se llevan realizadas y repartidas unas 2.000. Además, ya tienen hasta 3.000 pedidos. Las mascarillas han sido repartidas a la Policía Nacional de Granada, Policía Municipal de Loja, transportes sanitarios, Guardia Civil y a la Escuela Hogar, entre otros colectivos. Reseñar que estas unidades son llevadas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que son los autorizados para transitar, hasta los lugares donde se necesitan. También tienen pedidos de la propia curia de Granada a la cual se le ha hecho llegar un encargo por medio de una empresa de transportes.
