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sábado, 27 de abril de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Loja por la Igualdad denuncia los bajos sueldos y la precariedad laboral de las mujeres del mundo rural

El colectivo feminista lojeño exige el reconocimiento del trabajo que desempeñan las mujeres en las explotaciones agrícolas “ya que durante mucho tiempo hemos sido trabajadoras invisibles”

El 15 de octubre se celebra el Día internacional de las Mujeres Rurales, una efeméride que pone el foco de atención en el papel indispensable que las mujeres desempeñan en los territorios rurales. Con tal motivo, la asociación feminista “Loja por la Igualdad” ha hecho público un manifiesto en el que denuncia las trabas que sufren las mujeres que viven en este entorno. Este es textualmente el escrito remitido a los medios de comunicación:

“Es cierto que en las últimas décadas se ha avanzado mucho. Estamos, sin duda, en mejores condiciones de vida; tenemos más recursos, mejores condiciones educativas, sanitarias, sociales, de comunicación, culturales…  en definitiva, más oportunidades y posibilidades de las que disponíamos tan solo hace unos años.

Si bien desde el punto de vista legal está garantizada la igualdad entre mujeres y hombres, la realidad es bastante diferente y especialmente en el mundo rural y, en concreto, en el sector agrario donde sigue existiendo una clara desigualdad de las mujeres que se refleja en sueldos más bajos, más precariedad laboral, más desempleo, etcétera.

Las mujeres sufrimos la doble discriminación por ser mujer y por vivir en un entorno en el que existen más dificultades que en las zonas urbanas.

Uno de los retos a los que nos enfrentamos las mujeres que vivimos en pueblos y pequeñas localidades es al reconocimiento del trabajo que desempeñamos en las explotaciones agrícolas familiares ya que durante mucho tiempo hemos sido trabajadoras invisibles. La Titularidad Compartida continúa siendo una asignatura pendiente en lo rural. 

Nuestra experiencia nos dice que somos más emprendedoras y más receptivas a las ayudas. Impulsamos la diversificación de la economía familiar a través de nuevos servicios, somos mayoría en los cursos de formación y las primeras estrechando la brecha digital. Si no encontramos excesivas trabas administrativas, laborales, sociales y familiares, hemos demostrado que podemos salir adelante incluso en el pueblo más pequeño y aislado del medio rural.

Con todo ello, necesitamos seguir aunando esfuerzos para acceder a los puestos de responsabilidad en órganos de representación de organizaciones, empresas, etc. y romper de esta forma el techo de cristal que existe.

Las mujeres somos algo más de la mitad de la población lojeña, en concreto, 10.228. De ahí que no podamos continuar siendo invisibles o simplemente invitadas en el desarrollo del futuro de nuestro municipio.

Las mujeres aportamos nuestro talento, experiencia, recursos, ilusión y ganas de cambiar la realidad. Tenemos mucho que hacer y decir, mucho que ofrecer y proponer y también que recibir por lo que aportamos.

Por eso pedimos:

Servicios públicos que nos faciliten la vida y el acceso a los recursos económicos, culturales, sociales, educativos, etc. 

Mejores condiciones de vida para las mujeres rurales.

Promover el autoempleo y el desarrollo de iniciativas empresariales por parte de las mujeres.

Crear espacios de trabajo en red de las mujeres rurales.

Implicar a toda la población en la construcción de la igualdad de género.

Formar parte de los espacios de decisión y de interlocución con las administraciones. 

Por último, nuestro deseo es que el mundo rural y urbano solo se diferencien por el número de personas que viven en ellos y por sus paisajes, no por las oportunidades y recursos de que disponen cada uno”.

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