La residencia de mayores de la Misericordia se blinda ante el coronavirus. A partir de hoy lunes, el centro asistencial vuelve a suspender las visitas del exterior. La dirección ha tomado esta decisión a raíz de la situación epidemiológica de la provincia de Granada, aunque a día de hoy el centro está libre del virus.
“Hace varias semanas que empezaron a reaparecer casos en residencias y hemos querido evitar eso. Somos una residencia grande y creemos que es la mejor medida que podemos tomar para evitar que haya positivos entre nuestros usuarios”, afirma Susana Luque, directora del centro asistencial, en declaraciones a Onda Loja Radio. La responsable de la residencia advierte de que “con un solo positivo ya se considera un brote y se activaría el plan de contingencia y todo sería más complicado”.
La Consejería de Salud y Familias estableció la semana pasada nuevas medidas de prevención en los centros residenciales, con el objetivo fundamental de evitar la aparición de brotes. Entre estas medidas, se incluye la realización de PCR a todo nuevo ingreso o residente que regrese tras un periodo prolongado fuera del centro, aunque en la residencia lojeña se llevaban haciendo estas pruebas hace bastante tiempo. “Desde abril a los ingresos se les hacían esas pruebas. Durante algún tiempo fueron test rápidos, pero hemos conseguido que nos hagan PCR, que son las pruebas más fiables”, enfatiza Luque.
Igualmente, todo nuevo ingreso o regreso deberá realizar cuarentena 14 días, tiempo en el que se realiza una vigilancia activa de síntomas por parte del personal del centro. “Si la PCR fuese un falso negativo, con este aislamiento se evitaría la propagación del virus”, explica la directora, quien añade que en cada inicio de turno “se toma la temperatura a los trabajadores y también a los residentes, en este caso cada mañana”.
La comunicación de los mayores con sus familiares se va a reforzar, en forma de videollamadas, tal y como se hizo durante el confinamiento. Susana Luque recuerda que desde el fin del estado de alarma hasta hoy que se cierra el centro, el sistema de visitas ha sido “duro”: “Hemos habilitado una sala para eso, con una puerta de entrada específica, sillones a dos metros de distancia con un pantalla en medio. A muchos usuarios les costaba quedarse sentados en su silla y no comprendían por qué no podían tocar a sus familiares”, apunta Luque.
