Una fotografía colocada en las redes a través de Internet, de una máquina demoliendo el edificio de la histórica “Estación Vieja” de Loja ha sido el detonante que ha movilizado en muy pocas horas a buena parte de los lojeños. Y entre ellos, con el mismo grado de “asombro, de impotencia, de indignación, de incredulidad y de rabia por el atentado al patrimonio local y a la memoria colectiva lojeña que ha hecho la empresa publica ADIF, dependiente del Ministerio de Fomento, el alcalde y su equipo de Gobierno municipal, al tratarse de una decisión que se ha adoptado por el Gobierno de España sin previo aviso al Ayuntamiento de Loja.
“Hoy es un día triste para Loja”, ha dicho el alcalde Joaquín Camacho, en cuanto se ha enterado del hecho y ha corrido hasta la estación para darse de bruces con el gran montón de ladrillos y cascajo que yace sobre una mínima estructura de obra que aún permanece en pie.
Lívido, al alcalde no daba crédito a lo que sus ojos veían al tiempo que iniciaba una frenética carrera telefónica para contactar con todas las autoridades y responsables técnicos posibles para exigir explicaciones sobre un “hecho tan desafortunado”.
Acompañado por varios miembros de su equipo de Gobierno ha convocado a pie de destrozo a los medios para expresar con rotunda claridad su pesar por la “injustificada” acción que ha cometido el Ministerio de Fomento y ha exigido sin paliativos respuestas y la reposición de este emblemático edificio del que nunca se había barajado su extinción, tal como se acredita no sólo en el proyecto constructivo de la obra del AVE a su paso por Loja, sino también por los distintos responsables políticos que han visitado, en uno u otro momento, esta zona con motivo de la actuación para el paso provisional de la alta velocidad por el municipio.
Joaquín Camacho ha repetido una y otra vez su total desconocimiento sobre esta demolición, reconociendo incluso que se ha enterado por Facebook al ver la foto publicada inicialmente y que disparó todas las alarmas en la ciudad.
Ha asegurado que esto supera cualquier hecho justificable e insiste en que ni era necesario para las obras, ni era de recibo que se perpetrara “este atentado contra un bien que lo es de todos los lojeños”, independientemente de que el edificio sea propiedad de Fomento.
“No cabe justificación alguna” para este desaguisado y se suma al “cabreo, la indignación y el bochorno de los lojeños”, porque, según ha dicho, “esto está por encima de las siglas políticas o de quienes gobiernan en España”, y por ello ha arremetido contra ADIF, el Ministerio de Fomento y el Gobierno en su conjunto, “con toda la fuerza que nos da la razón y ahora, mi partido no tiene razón, y eso hay que decirlo a las claras y sin tapujos”, ha afirmado el primer edil.
En ese sentido, pide la unión de todos los partidos políticos y colectivos para defender “el patrimonio de todos los lojeños” y denunciar lo sucedido. Es así como ha anunciado que con los informes técnicos pertinentes, de tipo urbanístico o judicial, en los próximos días se ejercerán “las acciones jurídicas que, en su caso, correspondan y, evidentemente, las de carácter político”. Y añadía que, llegado el caso, tanto él como su equipo de Gobierno no tendrán empacho en pedir explicaciones al PP a niveles no locales por el destrozo cometido.
Más allá de estas acciones, Joaquín Camacho ha añadido que exigirán a ADIF que restituya el edificio derruido para que presente su imagen y carácter original, pues es su intención que, tanto éste como el edificio de la estación de San Francisco, puedan tener un uso social. Es así como anunciaba, igualmente, que en el próximo pleno, aún sin saber lo que ha ocurrido hoy, ya se había previsto un punto en el que se propusiera el uso de la estación de San Francisco por la asociación de vecinos de aquel barrio.
Camacho dice ser consciente de que muchas de las críticas arreciarán contra él y los miembros de su grupo municipal, y es sensible a que eso pueda ocurrir, porque la ciudadanía está tan sensibilizada por este atropello urbanístico como él mismo, si bien ha asegurado que, si cabe, el PP lojeño puede estar aún más enfadados con lo ocurrido, porque, asegura que ha sido una traición al pueblo de Loja y ellos son sus representantes.
Si bien no tenía que pasar por Comisión Informativa, ni de Gobierno o Pleno un tema como este, Camacho muestra su indignación porque no se le haya comunicado por ADIF previamente, al tratarse de un antiguo edificio de un marcado interés local, además de su histórica tipología. E insiste en que no era necesario que estuviese incluido en el catálogo municipal para evidenciar que su origen, sus raíces y la historia que encierra son suficientes elementos como para que se hubiese mantenido en pie, y se hubiese rehabilitado para un uso social.
Por último, el alcalde de la ciudad dice que no cejará en el empeño de que esta acción obtenga una respuesta que satisfaga al pueblo de Loja, reiterando una vez más que los lojeños están por encima de la propia formación política a la que pertenece.