Buena tarde de toros la que se pudo vivir este viernes en Loja con motivo de la Feria Grande. Con algo más de tres cuartos del aforo cubierto en la plaza portátil instalada en el campo de fútbol San Francisco, los aficionados pudieron disfrutar de dos horas de espectáculo. Un año más y, como principal reclamo, la presencia del rejoneador lojeño José Velasco. Junto a él el afamado rejoneador gaditano Fermín Bohórquez y el jovencísimo novillero de Motril Pablo Maldonado, con apenas 19 años de edad, que abrió la tarde.
La corrida mixta de la Feria de Loja se cerró con un gran balance, nada menos que diez orejas y cuatro rabos en una tarde casi plena, para disfrute de los aficionados, en la que se lidió un novillo para la lidia de a pie y cuatro para rejones, todos ellos aportados por la propia ganadería de Fermín Bohórquez, de buen juego en general, especialmente el primero y el cuarto toro.
Abrió Pablo Maldonado, la joven promesa del toreo granadino, quien brilló en una faena perfecta, en todas las facetas. Extraordinario estuvo el motrileño al capote y aún mejor y valiente a la muleta, lo que le valió las dos orejas y el rabo de un respetable que se entregó al joven novillero, quien no pudo reprimir su tremenda emoción, rompiendo incluso a llorar en las mismas tablas del albero lojeño.
No pudo empezar mejor la tarde, que continuó con Fermín Bohórquez y José Velasco, con dos toros para cada uno de ellos. Abrió el primero, el rejoneador gaditano, que completó una buena faena con su primero, quizás con menos lucimiento que en el segundo, pero demostrando su arte en las banderillas. Completó su actuación con un buen hacer también a la hora de matar, valiéndole las dos orejas y el rabo.
Llegó, a continuación, el turno para el lojeño José Velasco, en una tarde cargada de emociones para él, pues el festejo sirvió como homenaje a su abuelo Pepe Velasco, fallecido recientemente y, sin duda, la persona que más le ha ayudado en este mundo de la tauromaquia. No era, pues, un día fácil para el de Loja, quien lleva acudiendo fiel a su cita con los aficionados locales desde el año 2013 y sobre el que recaía, una vez más, la responsabilidad mayor ante su público. Pocos momentos antes había vivido el homenaje que su pueblo y el Ayuntamiento de la localidad habían ofrecido a su abuelo, con un minuto de silencio incluido.
Velasco también cumplió en el toreo, sobrio y acertado también en las banderillas, aunque con menos suerte a la hora de matar. Aun así, mereció también las dos orejas y el rabo por parte de la presidencia, llevándose la ovación de la afición lojeña.
Para el cuarto de la tarde, de nuevo en escena Fermín Bohórquez, que mejoró incluso la actuación de su primero. Acompañó el toro y el resto lo puso el rejoneador gaditano, que estuvo perfecto en el toreo y las banderillas. Una completa ejecución que completó también con brillantez en la suerte de matar. Indiscutiblemente, el de Jerez de la Frontera mereció las dos orejas y el rabo, con vuelta al ruedo y ovación de una afición que disfrutó con su buen hacer sobre el albero lojeño.
La tarde la cerró el lojeño, José Velasco, quien volvió a escena para gozo de sus seguidores y de los centenares de lojeños que, un año más, habían acudido deseosos de ver lucirse al rejoneador de Loja en este bello y difícil arte. Por desgracia, el toro no acompañó en absoluto, siendo el más flojo de los cinco y no permitió un mayor lucimiento, pese a lo que salió airoso con su buen hacer en los rejones y las banderillas. No así a la hora de matar, lo que no le permitió completar con el triplete, siendo premiado su esfuerzo con las dos orejas.
Fue el cierre a una tarde que disfrutaron los aficionados y llena de premios para los protagonistas de un festival que dejó un buen sabor de boca en la plaza de toros de Loja.
