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miércoles, 11 de diciembre de 2024

El Huerto estrena la ‘corría’ de incensarios de los apóstoles

La lluvia sorprende a la cofradía en su subida al barrio Alto, lo que obligó a cubrir con plásticos a las imágenes

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El Martes Santo en Loja es sinónimo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza. Este año, la joven cofradía adelantó su horario de salida a las siete de la tarde, dos horas antes que en años anteriores, por lo que su salida se pudo ver aún con la luz del día.
A las puertas de la ermita de San Roque, situada en la falda de la sierra de Loja, se agolpaban cientos de lojeños para ver la salida del cortejo. Precisamente éste es uno de los momentos más llamativos de su estación de penitencia, debido a la estrechez de la puerta del templo. La salida más complicada fue la de Nuestra Señora de la Esperanza, cuyos horquilleros tienen que desmontar el palio del trono y volverlo a colocar una vez que la Virgen estaba ya en la calle.
A pocos metros de la salida, las imágenes de Jesús, los apóstoles y la Virgen recibieron el primer ‘golpe’ de Incensarios. Sus originales movimientos y sátiras se vieron y escucharon por primera vez en la presente Semana Santa. En este Martes Santo, la cofradía estrenó su tercera ‘corría’, la de los apóstoles. En este caso, los ocho hombres que la componen estaban ataviados con morriones blancos, túnica azul y pantalón blanco. Es la primera vez que una hermandad de Loja cuenta con tres ‘corrías’, una para cada trono.
En el trono de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto se podía contemplar un detalle distinto a años anteriores. Por primera vez, el cáliz que tradicionalmente se ubicaba a los pies de la Imagen de Jesús, estaba sostenido por las manos del ángel que acompaña al Titular de la cofradía.
Las imágenes de los apóstoles, San Juan, San Pedro y Santiago, estrenaron túnicas y la Virgen de la Esperanza lució un nuevo fajín bordado en oro y una corona de espinas entre sus manos.
El desfile procesional de la cofradía transcurrió normalmente hasta que la lluvia le sorprendió en su subida al barrio Alto. La cofradía tuvo que echar mano a los plásticos para cubrir sus tres tronos. Con un paso más ligero, prosiguió por su itinerario habitual hasta su encierro de nuevo en la Ermita de San Roque, minutos antes de su hora prevista.

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