Si por estar más cerca de los dioses a los que siempre encomendó sus miedos, dudas y esperanzas; o por tener la distancia suficiente como para observar a la humanidad con sus avances y retrocesos, lo cierto es que el hombre ha deseado desde siempre volar. Para ello, desde comienzos de las civilizaciones probó mil maneras de elevarse, incorporando artilugios mecánicos o remedos de la naturaleza para conseguirlo.
Atrás quedaron Dédalo y el soberbio infortunio de su hijo Ícaro, para dar paso a una carrera por el espacio que ya se aleja en demasía de las “sencillas” pretensiones de los individuos. Entre medias, en mayor o menor cercanía, las naves fueron permitiendo a hombres y mujeres sentirse más próximos a un universo que se le escapaba de las manos.
Por eso, todo aquello que rodea al vuelo, los aparatos que surcan los aires, las plataformas desde las que despegan, los personajes que pilotan los sueños o quienes los consiguen se convierten en algo casi mítico y muy codiciado.
Hacer realidad el deseo común de volar es ya más fácil y próximo a los lojeños o a quienes visiten este municipio, pues en un altozano de su geografía, en el extremo occidental inmediato a Cuesta la Palma se sitúa, como una avanzadilla hacia los cielos, el Campo de Vuelo de Loja.
Desde hace unos meses, el que fuera antiguo campo de Cuesta la Palma ha experimentado una profunda ampliación y mejora de sus instalaciones y servicios, hasta configurarse como una privilegiada base para vuelos ultraligeros, es decir, aquellos que no sobrepasen los 45o kilos de peso al despegue, aunque, en caso de urgencia puede acoger también a otros de mayor envergadura.
Los artífices de esta espectacular transformación son Jesús Miranda y Frank Brummezman, el primero ingeniero Industrial y Electrónico, jefe de vuelo y piloto instructor, así como técnico aeronáutico, y el segundo también proveniente del mundo de la ingeniería, técnico y experimentado piloto. Ambos forman la compañía “Coloso Air” y desde ella abren todo un mundo de posibilidades a los amantes del vuelo en ultraligero, el aeromodelismo y la navegación aérea en general, incluyendo los recientes y llamativos drones.
CONDICIONES INIGUALABLES
Según informa Jesús Miranda, “las condiciones geográficas y meteorológicas de que dispone el enclave del Campo de Vuelo de Loja hacen de él uno de los más óptimos de Andalucía, con posibilidad de volar los 365 días del año, algo poco frecuente no sólo en esta comunidad, sino en buena parte del territorio español, por lo que se puede configurar como un lugar elegido por pilotos de toda Europa” y en ese sentido ya se van advirtiendo pasos importantes, pues son numerosos los amantes del vuelo que acceden a él cada fin de semana, sobre todo provenientes de la Costa del Sol.
Pero los objetivos de este par de locos por el vuelo van mucho más allá y así han incorporado a sus servicios cursos de piloto de aeronaves o manejo de drones, o la construcción, conservación y reparación de ultraligeros. Y cuando se habla de esta modalidad de vuelo no se puede caer en el error de pensar que en esa categoría sólo se incluyen básicos aparatos, sino también verdaderas avionetas biplaza, con su fuselaje de materiales muy ligeros, como la que tienen entre su flota, totalmente equipada de elementos para su pilotaje y control, toda ella de última generación. Un aparato en el que es posible que cualquier ufano en la materia se sienta por un rato rey de los aires, al contratar un “bautizo del aire” por tan solo 40 euros con manejo incluido de los mandos. Claro está que es posible también realizar otras acciones formativas como las que contemplan en su “experiencia de vuelo por un día” que incluye teoría, práctica, horas de vuelo y conocimiento del aparato”, o en los cursos más avanzados de piloto.
INDUSTRIA AERONÁUTICA
Jesús Miranda se entusiasma cuando se refiere a las muchas posibilidades que ofrece esta actividad como motor de desarrollo e investigación industrial de cara a un futuro lojeño. Según asegura, este puede ser un sector emergente que genere bastante empleo y recuerda el caso de Casas Rubias, en Toledo, donde se comenzó con un modesto campo de vuelo y se ha constituido en un referente europeo que da trabajo a centenares de personas, entre trabajos directos e indirectos.
De ahí que Jesús mire hacia los responsables municipales para que ofrezcan su apoyo al proyecto que ellos emprenden, pues además esta plataforma aeronáutica lojeña es capaz de favorecer actividades turísticas, recreativas, deportivas y de servicios en el municipio.
Jesús y Frank disponen también de otro campo de vuelo en el Pantano de Cubillas, donde en estos momentos están construyendo dos aeronaves “desde que se cortan las chapas hasta que alcanzan el vuelo” apostilla Jesús, y en el de Loja poseen otras dos ya finalizadas, una de las cuales realizó su primer vuelo de prueba durante la realización de este reportaje. Son los dos únicos campos de vuelo de ultraligeros de la provincia de Granada.
Ellos son optimistas en cuanto al futuro de estas instalaciones, pero reclaman apoyo de las instituciones, por eso dicen que estarían encantados en poder transmitir todo el proyecto a la nueva corporación que salga de las elecciones municipales.
Y es que la localización estratégica de Loja en Andalucía, a una hora u hora y media de distancia en ultraligero de cualquier punto de la región es algo fundamental que, según ellos, debe aprovecharse.
DATOS TÉCNICOS
‘ Pista de 320 metros de longitud sobre pavimento natural compactado y tratamiento respetuoso con el medio ambiente.
‘ Pista de aproximación para las aeronaves, lo que agiliza las tareas de despegue y aterrizaje.
‘ Torre de control.
‘ Aula de formación para cursos de piloto y drones.
‘ Hangares para aeronaves y talleres de montaje y reparación.
‘ Cafetería
‘ Módulos para alojamiento de pilotos.
‘ Casa guarda y almacén.