El confinamiento motivado por el coronavirus ha tenido una importante incidencia en la vida de las personas con adicciones y, en particular, en los pacientes del Centro Comarcal de Tratamiento de Adicciones. Así se desprende del funcionamiento de dicho centro durante estos meses y de la encuesta realizada con los propios pacientes.
El Centro Comarcal cuenta actualmente con un volumen asistencial de unos 530 pacientes en tratamiento. Durante el confinamiento se ha prestado asistencia telefónica, puesto que se ha estado teletrabajando, pero también se ha atendido presencialmente, sobre todo a aquellos pacientes que han necesitado un tratamiento urgente con temas como la metadona o farmacológicos o algún informe urgente porque hayan tenido que trasladarse. Como explica la directora y médica del centro, Gracia Castillo, “todo eso se les ha facilitado y sobre todo las urgencias han estado relacionadas con los inicios de tratamiento, ya que ha habido mucha gente que ha aprovechado el confinamiento para ponerse en tratamiento y han abandonado el consumo tanto de opiáceos, como de cocaína o alcohol y también hemos visto muchos trastornos asociados, como insomnio, en la esfera del ánimo y depresivos”.
Así, Gracia Castillo destaca las 685 intervenciones llevadas a cabo durante el confinamiento, tanto con pacientes como con familiares. Además, destacan también los intervenciones con otros dispositivos, como Salud, Salud Mental, Servicios Sociales e instituciones penitenciarias y judiciales. La directora destaca la coordinación con los médicos de Atención Primaria “porque ha habido muchas demandas de tratamiento y los médicos han llamado al Centro o a través de los pacientes para que nosotros pudiéramos prescribir dichos tratamientos”. Y añade: “También ha habido muchas demandas de información y atención psicológica, así como en la esfera social o laboral con la Trabajadora Social del Centro por la precariedad de las familias, que han solicitado todo de información sobre qué hacer al no tener dinero, o dónde obtener comida o medicamentos”.
Reconoce Gracia Castillo que ha habido semanas muy duras, pero destaca esa coordinación con los demás servicios para poder facilitar la labor de atención. En esa etapa de confinamiento, la directora y médica del centro Comarcal de Tratamiento de Adicciones señala que “hemos tenido dos polos: el primero que era el miedo, la indefensión y el aislamiento y el segundo que ha sido ya la desesperación y ganas de llegar a la normalización”.
Durante el confinamiento se ha realizado una encuesta con los pacientes, cuyos resultados, según Gracia Castillo, “han sido un poco paradójicos y reflejan un mayor aumento del consumo de alcohol y tranquilizantes, ante la falta de disponibilidad de otras sustancias, como pueden ser la cocaína o la heroína o la marihuana en menor medida”. Como añade “ha habido muchas demandas a los médicos de Atención Primaria de prescripción de ansiolíticos para paliar un poco todo lo que hemos tenido, el miedo, la ansiedad y la angustia”. En el otro lado de la balanza están las drogas ilegales, cuyo consumo a disminuido “por dos razones evidentes: primero porque había menos disponibilidad y segundo porque había mucho más miedo a salir a la calle, no por el contagio, sino por la mayor presencia de agentes de la Guardia Civil y la Policía Local”. Por eso, por esa poca disponibilidad de encontrar sustancias, entiende la directora del Centro “han aumentado las demandas de tratamientos, sobre todo de alcohol, tabaco y opiáceos”.
Destaca el caso en particular del tabaco. “El confinamiento ha provocado el que haya habido mucha demanda de tratamientos para el abandono del tabaco, ya que costaba mucho salir a la calle, buscar un estanco y hacer cola y eso ha provocado que mucha gente haya aprovechado para abandonar el consumo del tabaco”. Eso no ha pasado con el alcohol “porque salía la gente a los supermercados y se ha producido un aumento en el consumo de casi un 50%, al tener más disponibilidad”. Por otro lado, de las encuestas se desprende “un aumento exagerado del uso de las nuevas tecnologías y, especialmente, de las apuestas y los juegos online, que han crecido muchísimo, especialmente entre los jóvenes y adolescentes”, lamenta la directora y médica del Centro de Adicciones.
En cuanto a las sintomatologías han destacado las de ansiedad y depresivas “relacionadas con la situación de confinamiento y miedo a salir, no por el contagio en sí, sino a tener que dar explicaciones, a la calle, a infligir las normas o a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad”. Desde el Centro se les ha animado a estas personas a aprovechar ese estado de confinamiento para poder hacer cosas que tuvieran pendientes. “Les decíamos que aprovecharan para estar con su familia, para leer, dibujar, escuchar música, ver películas o series y hacer cosas pendientes que antes no tenían tiempo”. Reconoce que “algunos lo han aprovechado y otros no, por ese estado de indefensión y ansiedad que muchas veces se ha vivido”. Incluso reconoce haberse sorprendido gratamente”porque yo esperaba que esta situación fuera mucha peor para nuestros pacientes y nos hemos llevado una grata sorpresa, en el sentido en el que no ha habido tantos pacientes que se han desestabilizado como esperábamos ante esta situación”. Eso sí, reconoce que “sigue habiendo miedo entre nuestros pacientes, por un lado a venir al Centro, porque no quieren exponerse y arriesgarse al contagio; y por otro lado, miedo a salir porque han estado muy a gusto en el confinamiento y no se atreven a salir porque ello supondría volver a tener esa normalización errónea que tenían antes, es decir, la búsqueda de la sustancia y volver al consumo y el contacto con otras personas de riesgo y por eso muchos nos llaman y nos dicen que prefieren que sigamos con teletrabajo”.
En este momento desde el Centro se está volviendo a la normalidad en cuanto a la atención, aunque se ha establecido un sistema de citas. “Todavía hacemos citas preferentes, con el paciente que tiene una recaída, que quiere iniciar un tratamiento, el que tiene una patología Dual y está un poco descompensado, las derivaciones…, en definitiva, las citas un poco más preferentes y con el resto de los pacientes seguimos teletrabajando”.
Por último, la directora del Centro Comarcal de Tratamiento de Adicciones aconseja a los pacientes que “al menor síntoma de desestabilización que nos llamen a nosotros o a su médico de cabecera y abordamos el problema”. Porque, como añade, “sabemos que las sustancias siempre van a estar ahí y por eso lo más importante es ser razonables e inteligentes saber hasta dónde podemos llegar y en caso de no estar preparados, buscar ayuda”.