Loja despedía su Semana Santa con un viernes pleno y espectacular, en el que miles de lojeños y visitantes pudieron disfrutar desde primeras horas de la mañana y hasta bien entrada la madrugada de las cinco hermandades que protagonizaban el día álgido de la Semana Santa de Loja.
Todas lo dieron todo de sí para su puesta de largo por las calles de Loja ante un público expectante que abarrotaba todos los rincones. Sin duda, un día espléndido y un broche de oro a una Semana Santa de Pasión espectacular en forma, contenido y hasta en tiempo meteorológico, que ha sido extraordinario y ha permitido que todas las hermandades y cofradías hayan podido realizar sus Estaciones de Penitencia con lucimiento y brillantez. La Semana Santa de 2017, pues, será recordada en todos los sentidos.
Muy temprano, a las 10.30 horas, las hermandades de Santa Marcela, la de Jesús Nazareno y San Juan y la de Nuestra Señora de las Angustias y la Santa Vera Cruz comenzaron conjuntamente su desfile procesional desde la ermita de Jesús del Mesón de Arroyo y muchos lojeños se concentraron ya en el lugar para no perderse los primeros pasos del Viernes Santo. Casi en el inicio de la calle Real se podía disfrutar de una imagen única, la de varias ‘corrías’ de incensarios dando sus golpes a la vez a las veneradas imágenes.
La Verónica -como se conoce popularmente a Santa Marcela en Loja- abría el desfile, luciendo, de nuevo, bajo su palio esta talla restaurada a principios de 2016 por Israel Cornejo, imaginero de Vélez Málaga. La Imagen ganó altura y los brazos lo hicieron en movilidad.
Tras ella desfiló la imagen de San Juán, que este año ha estrenado mantolín confeccionado en Jerez de la Frontera. Seguía sus pasos el bello nazareno del Mesón de Arroyo, acompañado en su camino por la Banda de Música de Loja que interpretaba uno de los sonidos más característicos del Viernes Santo lojeño: el Miserere.
Tras él, la Santa Vera Cruz y la Virgen de las Angustias. La Hermandad ha estrenado este año las ropas de sus horquilleros. La dolorosa de José Garnelo caminó con los sones de la banda ‘Amigos de la Música’ de Huétor Tájar. El proyecto prioritario es el arreglo del paso de palio de su titular mariana.
El cortejo avanzó hasta llegar a uno de los puntos más destacados de su recorrido, el paso por la plaza de la Constitución y posteriormente Tribuna Oficial. Otro de los momentos álgidos fue el tradicional encuentro de las imágenes en la carrera de San Agustín, uno de los más esperados y emotivos en el Viernes Santo lojeño y que, de nuevo, volvió a vivirse con especial interés y devoción. Tras este punto, los cinco tronos se disponían a bajar hasta las calles del barrio de El Puente.
La primera parte del Viernes Santo lojeño acabó con la popular ‘corriílla’. Otro año más miles de lojeños se agolpaban expectantes en el Mesón de Arroyo para ver subir corriendo a las cinco imágenes por la avenida de Jesús en busca de la pequeña ermita. Un momento de gran esfuerzo y pericia por parte de los horquilleros que el público supo reconocer con sus aplausos y vítores. De esta forma concluía el primer desfile procesional de la jornada, después de más de diez horas desde su inicio.
Santo Entierro
Y del bullicio del desfile de la mañana, a la sobriedad de la noche del Viernes Santo con el Santo Entierro de Cristo. La hermandad del Santísimo Cristo de la Salud y San Juán de la Palma y la del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad despidieron la Semana Santa de este 2017 con un desfile solemne y plagado de momentos emotivos.
A las 21 horas se abrieron las puertas de la Iglesia de Santa María de la Encarnación para permitir la salida del desfile procesional. El Cristo de la Salud era el primero en atravesar el dintel de la puerta. Ya en la calle, era recibido con aplausos y con el sonido de la marcha real. Como novedad, este año la hermandad ha cambiado la tela del altar.
Tras él, el trono del Santo Sepulcro comenzaba a salir de la iglesia. Su elegante caminar estuvo acompañado por el Trío de Capilla de la Asociación Banda de Música de Loja.
La titular mariana, Nuestra Señora de la Soledad, también lucía bellísima en su trono de palio. Este año la Virgen ha estrenado unos broches de pedrería, una cruz pectoral y un magistral rosario en oro, todo ello donado por sus horquilleros. Otra novedad ha sido un encaje de bruselas para rostrillo, adquirido por la hermandad. Además, se ha cambiado el color en la cera: el tramo de Cristo ha pasado a ser color canela -el que le corresponde litúrgicamente- y el tramo de la Virgen ha sido blanco como símbolo de pureza.
Después del paso por Tribuna, las imágenes fueron paseadas, como es tradicional, por el barrio Alto lojeño, para bajar de nuevo al centro histórico y retornar a la Iglesia Mayor pasadas las 2 de la madrugad. Ya en la puerta, la Semana Santa de Loja se despedía con un rezo conjunto con los dos tronos frente a frente.
De esta forma se ponía el punto y final a una Semana Santa espectacular en Loja.