Organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento, el CIC El Pósito acogía la presentación del libro “Se hipotecan sueños” de la escritora cordobesa, aunque afincada en Granada, Alicia Choin.
En un encuentro con el Club de Lectura y con ciudadanos a título personal, la prosista y poeta se refirió a sus relatos con cariño, al tiempo que desmadejaba algunos de los asuntos más relevantes de su creación, entre los que se encuentran la lucha por la igualdad, la justicia o el amor y el respeto hacia las personas. En la presentación se encontraba la concejal de Igualdad y Bienestar Social, Matilde Ortiz, puesto que esta actividad se había incluido en la programación prevista para el Día Internacional de las Mujeres. Así mismo, asistía el poeta granadino Pedro Enriquez, que participó activamente en el acto.
Según relata la propia escritora, desde pequeña sintió una gran obsesión por la lectura y la escritura, encerrándose a leer y a escribir como si de una terapia se tratase. En la adolescencia obtuvo varios premios en concursos literarios para jóvenes. Fascinada por el mundo de las letras, se licenció en Traducción e Interpretación, profesión a la que se dedica desde hace dieciocho años. Cursó el último año de carrera en la Universidad de Miami, donde participó activamente en talleres literarios en lengua inglesa.
Para ella, escribir es una manera de exorcizar las sombras y avivar las luces. Desde hace años participa activamente en numerosos eventos literarios.Ha publicado el poemario “Versos desabrochados” (2012) y el libro de relatos “Se hipotecan sueños” (2016). Además, su obra ha sido incluida en el libro “Todo es poesía en Granada” (2015).
De su libro de relatos dice la Editorial Esdrújula que “estamos rodeados de gente, de redes sociales, de artículos de consumo, pero a menudo nos sentimos solos. Tenemos que pagar un precio muy alto por nuestros sueños, que viven hipotecados a la realidad social: las diferencias económicas, las guerras, el drama de la inmigración, la adicción a las nuevas tecnologías, la frustración de vidas truncadas, etcétera. En Se hipotecan sueños, Alicia Choin nos muestra la letra pequeña de nuestra lucha diaria en un mundo que no para de hablar, pero que no se escucha, y en el que se hunden los pilares en los que debería sostenerse: el amor a los padres, el respeto y la admiración por los ancianos, la utilidad de los jóvenes que buscan un hueco en la sociedad, la solidaridad con los inmigrantes y la determinación para terminar con las guerras… Se hipotecan sueños es un libro en el que tú, yo y todos los demás somos los protagonistas-marioneta de alguna de sus historias. Al fin y al cabo, todos somos iguales, pese a ser diferentes”.
Durante su presentación en Loja, con fina ironía y mucho sentido del humor, Alicia Choin (apellido francés que no llevando tilde debería pronunciarse como si la llevara sobre la i) comentaba que le gusta jugar con el lector, introduciendo en sus relatos hilos argumentales que no llevan a la comprensión total del episodio hasta el final, con lo que obliga a una o incluso más re-lecturas. Se trata, por tanto, de una prosa que aspira a la complicidad y la participación activa de quien la lee.
Acerca de su devenir literario, afirma que comenzó desde muy pequeña a escribir prosa, aunque casi siempre trufada de poesía (de la que se siente una irresistible lectora), de ahí que se decante por la prosa poética. Su libro “Versos desabrochados” se mueve por los ámbitos de la poesía erótica y, paradójicamente, aunque pertenece a una etapa creativa más reciente, fue publicado con anterioridad a la obra de relatos.
Dice que los poemas le asaltan en cualquier lugar, en cualquier momento y que van cobrando vida en su cabeza para posteriormente ir domándolos sobre el papel. Tal es así que, a veces, cuando está enfrascada en la novela que actualmente escribe, uno o un ramillete de versos la invaden y no tiene más remedio que darles cuartelillo para que la dejen, más tarde, continuar con un oficio, el de novelista sobre el que ella asegura que requiere una tenacidad y constancia a veces difícil de conseguir.
No obstante, Alicia Choin está muy ilusionada por esa obra mayor en prosa que ahora mismo la atrapa, entre la vorágine que cotidianamente debe ir dilucidando entre familia y trabajo.