Una despedida a la altura de Jesús Párraga

‘Canto a la libertad’ fue la canción que despidió el féretro de Jesús Párraga tras su funeral. Una canción que refleja una vida llena de ejemplo y valores en pos de ayudar a sus vecinos, ya fueran de su pedanía, Fuente Camacho, o su municipio, Loja. Fue una despedida a su altura. 

Párraga nos dejó el pasado domingo tras una infección que no pudo superar debido a su deterioro por su lucha contra el cáncer. Su repentina muerte ha conmocionado al municipio que no ha dejado de mostrar su cariño y afecto por su persona. Ya fuera conocido por su faceta política, vecinal o profesional, Jesús ha dejado a un recuerdo imborrable en Loja. 

Muestra de ese cariño, es el lleno que se vivió en el patio del Ayuntamiento para su funeral. Su mujer, hijos y familiares se dieron un baño de respeto y aprecio de muchos vecinos que quisieron rendir un último homenaje a su ser querido. Emoción contenida de todos los presentes ante “un hombre bueno”, como lo calificaba todo el mundo que lo conoció. 

No fue un funeral al uso, pero no por ello menos sentido. Tomaron la palabra compañeros de su etapa pública en la política. Es el caso de Juan Pérez, Cristina Campaña o Maribel Cáceres. También amigas como Encarnación López reseñaron su ejemplo en la defensa de valores y principios. La vecindad de Fuente Camacho estuvo muy presente con palabras de cariño hacia todo un referente en la defensa de los servicios para esta pedanía. 

Párraga era un hombre de consenso y sonrisa permanente que a pesar de tener sus ideas siempre respetó la de los demás. Ejemplo de ello fueron las palabras de Manuel de la Plata y el propio alcalde, Joaquín Camacho. Ambos refrendaron la figura de Jesús y su ejemplo como representante público que fue. 

Sus dos hijos tomaron la palabra para agradecer las muestras de cariño recibida. Aunque abatidos por la pérdida de su padre, no escatimaron deseos de defender su legado y seguir adelante teniendo muy presente su memoria. Un abrazo con su madre fue la imagen de una familia siempre unida en la lucha ante las adversidades. 

Se entregaron claveles blancos, rojos y morados a la entrada al funeral. Ellos fueron en su mayoría ofrecidos a Jesús en su último adiós. Fue una despedida a su altura, pero nadie duda de que sus hechos seguirán muy presentes.