Un grupo de estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada, a partir de un ejercicio que les propusieron en clase, estuvieron viendo las posibilidades de intervenir en un espacio público para dotarlo de una mayor sensibilidad, confortabilidad y de generar un contraste muy evidente a través de un elemento tan sencillo y natural como una alpaca de paja. Loja les ofrecía un lugar tan peculiar como la Plaza Mirador del Genil, donde a un lado discurre la principal vía de acceso a la ciudad, y al otro lado el río, en un entorno que les pareció más que óptimo para su propuesta.
La acción, llamada ALPACATE, comenzó el pasado viernes 20 de noviembre en hora punta para así causar un mayor impacto. La reacción de algunas personas que se acercaron en las horas siguientes fue de gran sorpresa con la aparición de 36 alpacas con las que podían interactuar de la forma que quisieran. Destacó la buena predisposición de los niños y no tan niños que dialogaron con los estudiantes y expresaron su opinión ante tal experimento.
Entre la gente había quien estaba más acostumbrado a ver alpacas, pero sin embargo, el simple hecho de verlas en medio de la ciudad para sentarse en ellas como si estuvieran en el campo, les generaba una sensación diferente. Al sentarse en ellas descubrían sus bondades y se llevaban algún que otro pinchazo con sus ropas ciudadanas, pero también sentían el calor que no da un banco de piedra. Incluso hubo algún viandante que recordaba tiempos pasados de su infancia, en los que “se tiraba horas y horas jugando entre animales y alpacas”. Los estudiantes se sintieron muy satisfechos con la participación y la buena acogida de los ciudadanos, y agradecieron a todos aquellos que se sintieron motivados a compartir con ellos esta experiencia.
