El pasado 13 de febrero se conmemoró el Día de la Radio y desde la Residencia Nuestra Señora de la Misericordia se quiso llevar a cabo una actividad especial por tal motivo. Al coincidir la jornada con el aplazamiento del pasacalle escolar de Carnaval, se decidió posponer la propuesta para ayer día 21. El objetivo era acercar este medio de comunicación a los residentes y que ellos fueran los protagonistas de un espacio radiofónico.
El director del Área de Comunicación del Ayuntamiento de Loja, Carlos Molina, fue el encargado de dirigir un programa especial desarrollado en directo desde la propia residencia. En la sala de estar del centro se montó un pequeño estudio de radio donde diferentes residentes exponían sus inquietudes acerca de este medio y la repercusión del mismo en sus vidas. También aprovecharon para comentar como era su vida en la residencia y sus inquietudes en su día a día.
Durante más de 40 minutos, y dentro del directo del programa La Mañana de Onda Loja, se desgranó sus interacciones con la radio. Martirio Ángeles García nos comentó sus recuerdos acerca de los grandes artistas que escuchaba en las ondas de antaño. Así surgieron recuerdos de Lola Flores, Nino Bravo o Rocío Jurado, entre otros. Martirio priorizaba su amor por la música y añadía su animadversión por los programas deportivos. Por su parte, Encarnación Montero, afirma no haber escuchado mucho la radio, ya que era su marido el que ponía los programas que a él les gustaba.
En esos recuerdos radiofónicos no podían faltar las referencias a los seriales de novelas. Antonia Rodríguez recuerda especialmente la historia de ‘Ama Rosa’. Aún ve en su memoria como todos se ponían alrededor del aparato para escuchar durante media hora la historia desgraciada de una mujer. En esas citas, incide en destacar que siempre se aprovechaba para la merienda a base de dulces tradicionales.
Pepita Ramírez comenta sus programas matinales favoritos, destacando el papel del periodista Carlos Herrera. También reconoce la labor de la radio para estar informados. La inmediatez de este medio de comunicación fue destacada por Ramírez.
El ejemplo más claro de amor por la radio lo expuso Marcelino Ruiz, que la comparó como si de una novia se tratara. Reseñó que para él representaba mucho más que compañía. Al ser una persona ciega, Ruiz valora doblemente el papel de este medio de comunicación que le permite acercarse a cualquier lugar del mundo.
También hubo tiempo para hablar de las vivencias en la propia residencia. Emilia Camacho reseñó que vive muy a gusto en el centro y que necesitaba no estar sola en du vivienda. Reconoce que la decisión de acudir a la residencia fue suya y que vive bien participando de la gran cantidad de actividades que se les propone.
El cierre del programa tuvo como motivo especial el Carnaval. Los residentes regalaron un pasodoble como cierre de su estreno radiofónico. Fue una experiencia única digna de repetirse en el futuro.
