La primera de las visitas guiadas ofertadas por el Área de Turismo del Ayuntamiento de Loja, dentro del programa ‘Conoce Loja mes a mes’, se ha saldado con un gran éxito de participación. Un total de 218 lojeños descubrieron el pasado 22 de octubre uno de los tesoros naturales del municipio, y a la vez poco conocido, como es el Jardín de Narváez. Este monumento del siglo XIX, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1984, fue la finca veraniega del general lojeño. En ella se aúna el gusto racionista geométrico francés y el romanticismo decimonónico anglosajón.
En un principio, el área municipal sólo había previsto un cupo máximo de 50 plazas, pero dada la alta demanda existente se aumentó a unas 200. Los visitantes, divididos en cuatro grupos, fueron trasladados en autobús desde el restaurante Las Terrazas hasta las inmediaciones del jardín, situado en el paraje de Plines. Allí, Ana Díaz, técnica de Turismo, les guió por los bellos rincones naturales de esta residencia veraniega y les contó anécdotas y detalles históricos. Después, los cuatro grupos tuvieron tiempo para hacer fotografías de este maravilloso entorno.
En este jardín predomina el verdor de los setos y pasillos naturales con vegetación a base de arbustos y zarzas enlazadas con bambú, y diversos árboles como palmeras y enormes pinos. Frutales, fuentes, esculturas y pequeños puentes sobre acequias completan los elementos de este bello paraje.
Su actual propietario, Javier Arrazabala, también estuvo allí para dar la bienvenida a los visitantes. Según explicó a El Corto de Loja, su intención es retomar el proyecto de hotel rural que se comenzó a levantar junto a la casa solariega, con el objetivo de que pueda estar en funcionamiento en un plazo no muy lejano.
‘Conoce Loja mes a mes’ pretende descubrir el municipio a los lojeños a través de una serie de visitas guiadas gratuitas por su historia, cultura, patrimonio, paisajes o naturaleza. La iniciativa nació tras el éxito de la visita organizada a las ermitas de la Caridad y Jesús y la iglesia de la Encarnación, con motivo del Día de los Monumentos y Sitios. Ahora los propios lojeños se convertirán, conociendo el patrimonio, en embajadores de la ciudad fuera de sus fronteras.