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jueves, 7 de noviembre de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Aficionados a la pesca de Córdoba, Granada y Málaga se manifiestan en el pantano de Iznajar contra las prohibiciones en el embalse

Entre los participantes se encuentran algunos pescadores lojeños

Grupo De Música, Danza Y Malabares Con Puñales Pasando Por El Mercadillo Medieval. Foto: J.mªj.

Colectivos de aficionados a la pesca de la Subbética cordobesa y municipios granadinos como Loja y malagueños como Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos se dieron ayer cita en el embalse de Iznájar donde se desarrolló un acto de protesta que dio comienzo en torno a las 10.20 de la mañana para protestar por lo que los aficionados consideran un «auténtico cierre del embalse para la actividad pesquera».

A esa hora, un grupo de unas 300 personas —según la Guardia Civil, aunque la organización lo cifra en torno a 800— partían de las inmediaciones de la playa artificial de Valdearenas, recorriendo a pie varios kilómetros de la carretera A-331, cortando el tráfico de la vía casi hora y media contra lo estipulado en la actual rrden de vedas de pesca continental de la Comunidad Autónoma andaluza, publicada con fecha 6 de mayo del presente año. En ese documento, se especifican las especies que se pueden pescar y otras que prohibidas como ocurre con la pesca del black-bass y de la carpa.

La marcha se desarrolló de forma pacífica, aunque eso sí, ocasionando dificultades en el tráfico rodado. Y es que el grupo de manifestantes ocupó los dos carriles de la vía en el tramo que discurre entre el primer puente, que sirve de acceso a Iznájar desde Rute, y el segundo, que se corresponde con el de la carretera a Loja.

La protesta —en cuyo inicio estuvieron presentes los regidores de Iznájar, Rute y Lucena— finalizaba con la lectura de un manifiesto. El documento exponía el motivo de una protesta que podría repetirse incluso en Sevilla en caso de que la Consejería de Medio Ambiente haga caso omiso al clamor expresado ayer por quienes no entienden los motivos que impiden desempeñar la pesca tal y como se ha venido haciendo desde que existe el embalse de Iznájar.

Y es que hay que tener en cuenta que la actual orden solamente permite la utilización de cañas sin carrete, el uso de anzuelos de un centímetro máximo de pata y medio centímetro de apertura, así como cebos artificiales de tres centímetros de longitud máxima e hilo de nylon de 0,20 milímetros de grosor máximo.

Unas medidas que, según se expresaba desde la Plataforma para la defensa del embalse de Iznájar, pretenden «evitar que se puedan pescar siluros y así traslocarlos hacia otros lugares de la geografía». Precisamente, en la orden de vedas se contempla que en caso de captura fortuita de ejemplares de ésa especie exótica —cuya pesca no está autorizada— hay obligación de dar muerte inmediata al ejemplar.

Hay que recordar que la primera de las prohibiciones parte tras detectarse en el año 2009 en las aguas del Iznájar la presencia del mejillón cebra («Dreissena Polymorpha»), considerándose entonces que el vector de mayor riesgo podría ser el agua de lastre de algunas embarcaciones. Por ello se prohibió la navegación en los embalses que se relacionaban en la resolución con fecha 27 abril de dicho año incluyéndose el de Iznájar. Una prohibición que se levantaría en abril de 2010, «permitiéndose la navegación con ciertas condiciones» ante las demandas económicas.

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