Estos días, el área de Servicios del Ayuntamiento de Loja trabaja en la reforma del muro de la fachada principal del Cementerio municipal en el barrio de San Antonio. La actuación se enmarca, dentro de una partida genérica del Plan de Fomento de Empleo Agrario (PFEA 2020) de 180.000 euros que se destina a la reparación de tabiques (unos 48.000 euros) y al pintado de barandillas en el casco urbano.
Según explicó, el concejal de Mantenimiento, José Antonio Gallego, acompañado por la concejala Rocío Ortiz, que toma el relevo de esta área, “el año pasado ya se actuó en una parte del muro y ahora se trabaja en el resto de la tapia del frontal, en el lateral izquierdo, con una extensión de unos 200 metros”.
Concretamente, la intervención, en la que trabajan grupos de diez personas en periodos de 15 y 30 días, consiste en la limpieza del exterior e interior de la tapia perimetral del camposanto, que se recubrirá con cemento para su reparación, a la vez que se reconstruirá un tejadillo que se aprovechará para canalizar todo el cableado eléctrico para futuras intervenciones de iluminación y, finalmente, el pintado de las paredes.
Además de la intervención en este recinto sagrado, otras acciones previstas dentro de esta partida del PFEA serán en la tapia, junto al depósito del Caminillo, donde también se le dará “un buen raspado y pintado para dejarlo en perfectas condiciones”, junto a los ya realizados en la calle Galicia, Pintor Rosales y Cervantes.
Otro de los muros en los que se actuará muy demandado por los vecinos de la zona por su mal estado de conservación será el del estadio de San Francisco en la Avenida de España. “Sabíamos que este tabique está en muy malas condiciones, sujeto con vigas, así que vamos a echarlo abajo y lo vamos a levantar de nuevo”. Las dos tapias restantes que se repararán y adecentarán en próximas fechas serán las de los colegios Victoria y Caminillo.
CONSTRUCCIÓN DE NICHOS
Gallego también se refirió a otra importante intervención en el interior del cementerio lojeño que fue realizada en el periodo de confinamiento, como fue la construcción de 80 nichos en la parte alta del recinto santo. “Viendo la situación que se nos avecinaba con la pandemia y, ante la escasez de sepulturas porque sólo se contaba con veinte, se decidió edificar un mayor número por si fueran necesarias” con una inversión superior a los 20.000 euros.
El edil detalló sobre la obra de estos espacios mortuorios que “se diseñó en forma de u con una cubierta impermeabilizada con tela asfáltica y autoprotegida, donde se enfoscaron la parte trasera y los dos laterales, con sistemas de ventilación e higiene a base de gravilla, sosa caústica y filtros de carbón activo”. A todo esto, añadió se le suman tapas prefabricadas para que evitar la basura.