La quinta ola de la pandemia en Loja parece remitir con fuerza. El municipio tiene ahora la mejor situación epidemiológica desde marzo, pero esta quinta ola, al igual que las anteriores, ha sido dura para los sanitarios lojeños. El aumento de positivos, aunque con una sintomatología más leve gracias a las vacunas, ha hecho que aumente consecuentemente el trabajo de los sanitarios lojeños cuyas condiciones laborales no pasan precisamente por su mejor momento.
Al verano pasado se llegó con una transmisión del virus muy baja debido al confinamiento estricto. Por aquel entonces se hacían en torno a unas 50 pruebas diarias. En el verano de este 2021, ya sin estado de alarma y con un aumento de las interacciones sociales, el número de pruebas diarias en la quinta ola ha rondado las 170, tal y como informa a El Corto de Loja y Onda Loja Radio Patricia Calvo, directora del centro de salud lojeño.
Tos, cefalea, cansancio, sensación de ahogo y febrícula son ahora los síntomas que presentan los nuevos casos. Unos síntomas más leves y, por ende, una menor tasa de mortalidad, que se da gracias a las vacunas. “Sin ellas las consecuencias habrían sido catastróficas”, subraya Patricia Calvo, quien también alerta de la dificultad cada vez mayor de que se sigan las cuarentenas por la edad de los positivos y por el hastío pandémico.
La facultativa explica que en su mayoría son jóvenes, que tienen un mayor contacto social. Aunque presenten una sintomatología más leve, sus positivos acarrean una mayor carga de trabajo para los facultativos. Hay que recordar que el centro de salud de Loja se encarga de la atención de los pacientes, la realización de pruebas, la comunicación de resultados y el posterior seguimiento de los casos (el rastreo de contactos se realiza desde Granada), además de los trámites administrativos como las bajas laborales.
Y todo esto en un contexto de falta de personal que se está volviendo ya crónico. En pleno verano, las merecidas vacaciones de los sanitarios deja la plantilla del centro de salud bajo mínimos. El servicio se queda con un tercio de la plantilla durante los meses estivales. “Se ha intentado ajustar lo máximo posible los periodos vacacionales para que el servicio de Atención Primaria no se resienta, pero aún así se hace complicado”, apunta Calvo, quien añade que cada facultativo atiende de media cada día a unos 50 pacientes, gran parte derivados de otro compañero que está de vacaciones. Sin embargo, es una cifra similar a un periodo de actividad normal, ya que durante el verano desciende el número de consultas médicas. Con todo, el Centro de Salud de Loja está todavía a la espera de que se cubran dos plazas que llevan vacantes varios meses. “Han llegado a faltar cinco profesionales en una plantilla de 14; ahora solo faltan dos”, explica Patricia Calvo.
Por otro lado, los médicos de Atención Primaria han notado un incremento de revisiones preventivas por parte de los pacientes. Se trata de ciudadanos que no han acudido al Centro de Salud en toda la pandemia y que ahora deciden hacerlo, por ser verano y porque hay mucha gente vacunada, para pedir a su médico un análisis rutinario o bien una revisión ginecológica. La médica cifra en torno al 20% el crecimiento de estos controles rutinarios no patológicos en los últimos meses.