Sabíamos que nada iba a volver a ser como antes, tampoco nuestra atención sanitaria. La pandemia de la COVID-19 ha alterado toda nuestra forma de vida al primar el distanciamiento social. En esa línea la atención primaria en el centro de salud no es lo que era. Ya no se ven grandes aglomeraciones en salas de espera, no es posible acudir a ser visitado sin número y las pedanías ven reducida su atención presencial a dos días a la semana.
En esta tesitura, la sociedad busca adaptarse a un modelo que no comprende. Ser atendido por teléfono y no poder acudir como de costumbre a nuestro médico trastoca a muchas personas. Sea como fuera es una nueva normalidad de atención a la que no nos queda más que adaptarnos. La telemedicina ha llegado para quedarse.
Para arrojar algo de luz ante este nuevo formato, Onda Loja Radio y El Corto de Loja han hablado con la médica del Centro de Salud de Loja, Patricia Calvo. La profesional reseña que la atención primaria se centra en la petición de cita telefónica con el fin de filtrar a posibles pacientes con COVID y simplificar la atención sanitaria como renovación de prescripción y entrega de documentación administrativa. En caso de ser necesario, explica la sanitaria, se cita presencialmente.
Una vez que se tienen que acudir al hospital, todas las personas citadas tanta para extracción como para valoración clínica entran por la misma puerta donde se encuentran con un mostrador donde una médica hace un filtro administrativo preguntándole si tiene cita previa o se le facilita obtenerla. Si el usuario va a pasar más al interior, se le hace una toma de temperatura y si tiene decimas se activa el protocolo COVID. Si no tiene temperatura se siguen varios caminos para evitar contactos. Casos de radiografías programada no se mezclan con nadie, al igual que aquellos que accedan a la planta superior con cita, para el pediatra, odontólogo o matrona. Se protege de forma especial a embarazadas y niños. También hay una vía para consulta de ‘triaje’, que permite la atención directa con médicos y enfermeros aunque no se tenga cita médica, lo que asegura la cobertura a todo el mundo.
Por el pasillo central se accede a las consultas. El mismo de divide en varios itinerarios. El de la derecha, denominado limpio, se dedica para consultas clínicas y extracciones habituales con cita previa. Para que haya pocas personas por espacio, facilitando el distanciamiento social, se cita de forma escalonada y separada. El camino de la izquierda se divide a su vez en dos tramos, el primero es para la toma de muestra de pacientes que se van a ingresar para operar o para profesionales, con el fin descartar que tengan COVID. El último tramo de la izquierda es la llamada zona sucia, que se debe de limpiar en cada atención, que sirve para diagnosticar casos con sintomatología de coronavirus. Esta es la llamada consulta de respiratorio. El pasillo hasta ella esta guiado con cadenas para no tener relación con otros espacios.
La médica nos recuerda que las patologías de la COVID son principalmente sensación de ahogo, tos seca de semanas de evolución, fiebre y cansancio. Con esos síntomas en las consultas de respiratorio se hacen las pruebas PCR, radiografías y una analítica especial. La profesional informa que la conocida PCR, que se pone en la garganta o en la nariz dependiendo del protocolo, se hace a todos los pacientes sintomáticos. Los médicos y enfermeros dan los resultados de las pruebas a las 24 horas del día anterior, mientras el paciente debe de estar en cuarentena en su hogar. También se dan los resultados de los atendidos en urgencias. Si hay positivo es la atención primaria quien hace el rastreo epidemiológico.
En cuanto a la forma de pedir cita telefónica, Calvo informa que se puede hacer por ‘salud responde’, teléfonos facilitados propios del centro, a través de la ‘app de salud responde’ y en ‘clic salud’. Al pedir cita el usuario debe de facilitar un número de teléfono que esté operativo. La médica explica que esto es muy importante ya que se dan casos de llamar a teléfonos que no existen. Desde el centro se llama a lo largo del día hasta tres veces para ponerse en contacto con el paciente. Cuando se coge el teléfono se hace una diferenciación en aquellos que tienen síntomas COVID, que se les cita en la consulta de respiratorio para hacerle la prueba, consulta administrativa que se solventa por teléfono resolviéndose en acto único y la atención presencial que se cita en ese u otro día con el objeto de que haya diferencia de horas para que no se acumulen pacientes en sala de espera. En el caso de que no hubiera cita telefónica y no se pudiera esperar o su médico este de vacaciones, hay una consulta no demorable. Todo es programado según necesidad y emergencia.
A los pacientes se le cita con una hora previa, al no querer que la gente se adelante y se cruce con otros pacientes. Calvo en este aspecto insiste en que hay que cumplir los horarios y facilitar un teléfono para que este localizable. En la consulta presencial se intenta en el mismo acto solucionar lo que necesite. “Es una atención complicada para todos, no es más fácil para nosotros pero es la única manera de evitar las acumulaciones” afirma la profesional añadiendo que mínimo hay 10 o 15 minutos entre pacientes. También recuerda que entre cada paciente hay que desinfectar. “Es una atención compleja donde todos tenemos que colaborar para que el centro de salud no sea un foco de contagio”, comenta Calvo.
Por último nos comenta la situación que se vive en los consultorios médicos de las pedanías. En ese sentido recuerda que durante el estado de alarma los médicos que hacen las pedanías han estado en atención en respiratorio del Horpital. Esa consulta sigue y también la consulta no demorable, por lo que la distribución sigue siendo la de atender dos días a la semana de forma físicamente cita en el medio rural. A pesar de ello, Calvo asegura que la asistencia es diaria de forma telefónica, concentrándose en dos días la asistencia presencial.