Desde el 2 de marzo cerca 70 alumnos del CEIP Pérez del Álamo disfrutan del nuevo servicio de comedor del centro. Divididos en dos turnos y atendidos por tres monitoras y una cocinera, este alumnado almuerza de forma saludable en su centro. Eso permite a las familias contar con un respiro en horario de 14 a 16 horas, estando los menores atendidos hasta que sus familiares los recojan.
Es sin duda la mejor apuesta por la conciliación personal y laboral. Teniendo en cuenta esto, y dentro de la inauguración de las nuevas instalaciones, el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, afirmó que es un modelo a exportar a otros centros educativos del municipio. El regidor afirmó que en aquellos centros que se cuente con espacio suficiente, y siempre que haya unidad de toda la comunidad educativa, el Ayuntamiento sufragará el coste de la realización del comedor y se pedirá a la Junta de Andalucía el servicio. Cabe recordar que Loja cuenta con otros dos servicios de comedor, uno en el CEIP Elena Martín Vivaldi y el otro en el CPR Besana de Ventorros de San José.
Antes de cortar la cinta inaugural, Camacho enfatizó en que se trata de un logro colectivo en el que han trabajado el AMPA, la dirección del centro, los técnicos municipales y los propios docentes. “Desde la unidad se consiguen los objetivos”, enfatizó el primer edil convencido de que cada persona ha puesto su granito de arena para llegar a buen puerto. También recordó que las instalaciones están preparadas para contar con el servicio de gestión directa.
Muy orgullosa se muestra la directora del CEIP Pérez del Álamo, Carmen Del Moral, quien reconocía el empuje de todos para lograr este nuevo servicio. “Queremos que se disfrute de este servicio durante muchos años”, comenta la docente añadiendo que espera que en un futuro sea de gestión directa y puedan contar con su propio cocinero o cocinera. “Ahora mismo hay catering pero los niños están encantados”, afirma la directora.
A continuación se cortó una cinta improvisada en señal de apertura del nuevo espacio del centro. Este cuenta con una sala comedor para un total de 70 alumnos, una amplía cocina y espacio para vestuarios y despensa. Todo ello tiene salida directa al exterior y opciones de evacuación de humos. Los alumnos disfrutan de comida restablecida gracias a procesos de congelación que permite que los alimentos lleguen en las mejores condiciones de conservación. Se trabaja con menús equilibrados y se atiende a los pequeños para facilitares que tengan una dieta saludable.