Llega el 1 de noviembre, ‘Día de Todos los Santos’, y la tradición marca acudir al cementerio a rendir un sentido recuerdo a los familiares desaparecidos. Al igual que el resto de fechas señaladas, ésta también se verá marcada por la crisis sanitaria que padece todo el mundo. La unión de familiares de diferentes localidades en torno al recuerdo de nuestros antepasados tendrá que esperar a otro año.
El Ayuntamiento de Loja ha decido mantener abiertos los tres cementerios municipales, a pesar de que se debatió sobre su posible cierre en la pasada Comisión de Seguimiento y Coordinación de la COVID-19, pero eso sí se contarán con restricciones de aforo. En ese sentido en el cementerio de la ciudad se buscará no superar en demasía las 100 personas en su interior en el mismo momento. Esta restricción será menor en los cementerios de Ventorros de San José y Fuente Camacho, aunque se espera que en éstos la asistencia sea menor. Además, y para permitir la rotación de personas, se establece un tiempo máximo de permanencia en el mismo de media hora.
También, y dentro del protocolo establecido, se tomará la temperatura en el acceso al recinto y se delimitará la entra y salida del mismo. Por supuesto es de uso obligatorio la mascarilla y el mantenimiento de la distancia de seguridad. Se vigilará para que no se formen acumulaciones de personas. Para ello no se permitirá el acceso de grupos que superen los 4 integrantes, recomendando que sean de la misma familia o convivientes. Se recomienda que cada uno lleve sus propios recipientes de agua y evitar el uso de fuentes o puntos de agua. A pesar de ello en las pilas habrá gel hidroalcohólico para facilitar la desinfección cuando se toque el grifo.
Para el cumplimiento de estas medidas se contará con el apoyo de miembros de Protección Civil y Cruz Roja. La Policía Local velará por el discurrir del tráfico y el cumplimiento de las medidas en torno al recinto.