El Administrador de Infraestructuras
Ferroviarias (Adif) señaló ayer que el túnel de San Francisco para
el paso del tren de Alta Velocidad en Loja cumplirá con «todos los
requisitos exigibles para su funcionamiento» con unos niveles de
seguridad que garantizarían también una hipotética evacuación.
Según la información facilitada a
Europa Press por fuentes de Adif, la seguridad del túnel de Loja
viene determinada fundamentalmente por dos parámetros: el
cumplimiento del gálibo de implantación de obstáculos, y, sobre
esa base, las condiciones de evacuación.
El túnel de San Francisco de Loja, de 160,7 metros de longitud, se encuentra entre los puntos kilométricos 68,74 y 68,90 de la línea de ancho convencional Bobadilla-Granada a su paso por el término municipal de Loja.
Se encuentra en el tramo de 27
kilómetros donde se han ejecutado las obras de adaptación de la vía
convencional para el paso de las circulaciones de Alta Velocidad, que
incluye la electrificación de ese trayecto. Todo este conjunto de
obras concluyeron a finales de noviembre del pasado año, y
actualmente se desarrollan las pruebas de seguridad pertinentes antes
de la entrada en circulación comercial de los trenes.
El presidente de la Diputación de Granada, José Entrena, lamentó el pasado lunes, en declaraciones a la prensa, tras una manifestación el domingo de unas 4.000 personas para la “reconexión ferroviaria”, que esta circunstancia podría estar condicionada por la seguridad del túnel de Loja.
Adif aseguró, en este sentido, que el
contorno mínimo que se exige a cualquier infraestructura para que
los trenes puedan circular corresponde a un gálibo que se obtiene
«con un margen de seguridad» para el paso de los convoyes.
Una vez establecida esa premisa
básica, las condiciones de evacuación de los túneles viene
determinada «en función de la longitud de los mismos», siendo más
exigentes cuanto más extensos, pudiendo establecerse que es «el
primer factor de seguridad» al que atiende la normativa al respecto.
Así las cosas, la obligatoriedad de
pasillos de evacuación solo está establecido para túneles de al
menos 500 metros. Por tanto, el túnel de San Francisco, de 160,7
metros, «cumple toda la normativa exigible», tanto en lo referente
a gálibo como en normativa de seguridad.
«Podría pensarse que un cumplimiento
del gálibo estricto podría originar problemas de espacio para el
tránsito de personas entre los hastiales del túnel», pero, según
Adif, este no es el caso del túnel de San Francisco, donde «un
cerrado radio de curvatura de la vía» hace que «la distribución
del espacio libre sobrante permita el tránsito peatonal en la zona
interior de la curva».
Respecto de la evacuación del túnel,
algunas opiniones «cometen el error de distribuir a partes iguales
el espacio sobrante sin atender a las propias características del
túnel respecto a radio y longitud».
A mayores, se obvia el hecho
fundamental de que «se trata de un túnel en considerable pendiente,
por lo que cualquier incidencia que produjese la parada del tren»,
si se diera «la casualidad» de que fuese un tren corto donde el
100% del mismo quedase dentro de los límites del túnel -precisan
las fuentes de Adif-, se solucionaría con «la simple acción de
deslizar el tren de tal forma que en segundos el tren queda fuera del
túnel».
Por otra parte, se mantiene una puerta
de acceso a la línea ferroviaria a pocos metros de la boca este del
túnel, la cual comunica con la propia trama urbana de Loja lo que
«constituye de nuevo un elemento de seguridad importante respecto a
la evacuación de viajeros y acceso a los mismos», han agregado las
fuentes.
Además, la nueva instalación de vía
en placa con solera de hormigón frente al balasto que existía en el
túnel previo, supone «una notabilísima mejora respecto a las
condiciones de evacuación precedentes de las que disponía el túnel,
pues ahora permite un fácil tránsito de los viajeros en caso de que
tuvieran que evacuar por la vía», concluyó Adif.