Un año más los pequeños han sido los protagonistas del Día de la Cruz en Loja. Su ilusión desde primeras horas del día, irradia de alegría las calles con sus ya reconocidas cantinelas. Con elaboraciones de cruces de todo tipo, y en grupos más o menos numerosos, los chiquillos piden propinas que guardan como auténticos tesoros.
Al recorrido por calles, se suma la participación en el concurso infantil de la Cruz de Mayo que organiza el Ayuntamiento de Loja con la colaboración de la Peña Cultural Flamenca Alcazaba. Esta actividad cuenta casi medio siglo de historia y congrega a familias enteras entorno a los pequeños que participan. Son muchos los mayores que recuerdan vivir estos momentos que se quedan anclados en la infancia.
En esta edición, coincidiendo con un largo puente, se ha contado con 30 cruces inscritas. Desde la 10 de la mañana se abría el plazo para apuntarse y poder optar a algunos de los cinco premios con un montante total de 270 euros. A cada menor inscrito, fueron más de 200, se le entregó una entrada para la futura edición de Juveloja y se le ofrecía un aperitivo tras el concurso.
Poco después de las 11 horas se procedió al caminar de la comitiva de cruces camino de la plaza de la Constitución. Pasando por calles del centro histórico, éstas se llenaban de color y cánticos. Los pequeños había balance de los dineros recaudados y deseaban sumar algún euro más dentro de los premios del concurso.
Ya en la plaza, el jurado, conformado por miembros de la Junta Directiva de la Peña Alcazaba, con su presidente Antonio Cáceres a la cabeza, llevaba a cabo su deliberación. No era nada fácil. Se contaba con cruces muy originales creadas con variedad de materiales, tales como: cuerdas de pita, flores de papel, palomitas, etc. En cuanto a la temática se jugaba con aspectos culturales locales, donde no faltaba la Semana Santa, el flamenco o los monumentos más reconocidos.
Finalmente, el jurado otorgó los premios, destacando la cruz ganadora que contaba con guiños a Loja y que fue muy bien llevada por sus horquilleros. También se premió el colorido de algunas cruces y la tradición de hacerla con flores naturales. Tanto fue el ambiente que incluso no faltó un golpe de los Incensarios, ejemplo de que el futuro de las tradiciones locales está asegurado.
Antonio Cáceres aseguró que la deliberación no había sido nada fácil y que se buscaba reconocer el trabajo de los participantes. “Se busca no solo la originalidad sino la tradición y que la lleven bien”, comentó el presidente de la peña. También se mostró satisfecho de la participación teniendo en cuenta los días festivos que se viven.
Satisfecho también se mostró el alcalde, Joaquín Camacho, que aseguró que se trata de una actividad siempre muy entrañable. El regidor cree que es importante mantener estas tradiciones y destacó que los premios no son importantes sino la participación.
Los participantes volvieron en orden de premios hasta la Peña Alcazaba donde disfrutaron de un bocadillo y un refresco. Tras ello muchos siguieron el recorrido, algunos acudieron al primer concurso infantil que organizó la Hermandad Servita de la Virgen de los Dolores en el Barrio Alto. También fue momento de ir a comer con los amigos o seguir con la familia de ruta por otras barras como la propia de la peña o también la ubicada en el Barrio de la Alcazaba.
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