Las lojeñas Paqui Espinosa, Rafi Delgado y Margarita Mazuela participan en el proyecto de Madres sin Límites, con un trabajo fotográfico documental que recoge imágenes y testimonios de casi 40 madres con hijos con discapacidad, procedentes del sur de España. Ellas mismas cuentan todo lo que hay detrás de su maternidad sin filtros. El fotolibro alterna fotografías de mujeres acompañadas de sus hijos e hijas, con textos escritos por las propias protagonistas, redactados en formato de cartas íntimas. Un relato colectivo y honesto que recoge experiencias y situaciones muy diversas, porque cada madre es única.
En plena pandemia mundial nace una comunidad llamada Madre sin Límites liderada por dos amigas, Ana y Sonia, que promueve el autocuidado para madres con hijos e hijas con discapacidad, y ofrece un espacio para conectar y compartir experiencias con otras mujeres que atraviesan la misma realidad.
Con una energía imparable organizan actividades, charlas y convivencias, tanto presenciales como virtuales, porque no hay brecha digital que les detenga. Un movimiento liderado por ellas mismas, que ya suma a más de 100 madres de diferentes ciudades y países. Una comunidad en la que, además de Paqui, Rafi y Marga, también hay otra lojeña, Rosa, si bien esta última no ha participado en el proyecto del fotolibro, ya que se incorporó un poco después.
Durante uno de sus encuentros surge la idea de hacer un fotolibro y es así como surge este proyecto fotográfico documental que recoge imágenes y testimonios de casi 40 madres con hijos con discapacidad, procedentes del sur de España. Ellas mismas contarán todo lo que hay detrás de su maternidad sin filtros.
El fotolibro, realizado por Alicia Petrashova, fotógrafa documental y narradora de historias, alterna fotografías de mujeres acompañadas de sus hijos e hijas, con textos escritos por las propias protagonistas, redactados en formato de cartas íntimas. Un relato colectivo y honesto que recoge experiencias y situaciones muy diversas, porque cada madre es única.
Hay un sentimiento compartido entre todas las que son madres de hijos e hijas con discapacidad: la soledad que las atraviesa.
Por eso, el fotolibro pretende ser refugio para otras mujeres cuidadoras. Sus testimonios pueden ser espejos en los que otras puedan verse reflejadas. Porque hacen falta más mujeres referentes dispuestas a compartir su historia, que es la historia de muchas.
Autopublicar un libro es un proceso costoso. Es por eso que buscan el apoyo de la comunidad para hacer este proyecto posible y poder visibilizar la realidad de las madres que conviven con la discapacidad.
Su objetivo es conseguir 14.000 euros para poder afrontar los gastos que supone el fotolibro. Para ello han creado tres categorías para las diferentes formas en las se puede colaborar. Estas tres categorías llevan por nombre Caricia, Abrazo y Sostén, en función de la aportación económica que se haga para el proyecto.
La campaña finaliza el 10 de enero, que es la fecha hasta la que se pueden realizar las donaciones. Una vez que se alcance el objetivo económico, se podrá publicar el fotolibro, que se espera pueda entregarse en los dos o tres meses siguientes.
Para poder conocer más sobre el proyecto y realizar aportaciones económicas, toda la información la pueden encontrar en la página web www.madressinlimites.com/libro.
Estos días hemos tenido oportunidad de hablar en Onda Loja Radio con dos de las madres lojeñas que participan en el proyecto de fotolibro. Tanto Paqui Espinosa como Rafi Delgado nos han contado su experiencia y nos han hablado de los objetivos de esta acción. “La idea es poder dar a conocer todas nuestras experiencias y visibilizar, además de ayudar a otras madres y que es libro lo pueda coger cualquiera y pueda leer cómo una persona ha ido viviendo esa situación de tener algún hijo con discapacidad y cómo ido superándose y viviendo con ello”, señala Paqui.
Y, sin duda, los más profundo, además de las imágenes, son los relatos que cuentan las propias madres. Y es que, como destaca Rafi, “son relatos reales escritos por madres reales, algo que, al menos en mi caso, me ha costado la vida, porque yo no sé expresar en palabras lo que siento y supongo que tampoco lo habrá sido para el resto, porque te remueven muchas cosas del pasado, porque la carta va dirigida a tu yo del pasado. Es decir yo le escribo a esa Rafi de hace quince años cuando nació mi hijo Rafa y vimos que había algo. Así que lo que se pretende es que esas madres que lean el libro, conozcan ya otras experiencias y les ayude a llevar adelante su situación”.
Reconocen ambas que ha sido complejo, tanto por el hecho de tener que escribir una carta como, sobre todo, porque para ellos ha supuesto tener que abrirse e incluso sacar cosas que ellas no han contado prácticamente a nadie. “Es una carta sincera, de no tener miedo a lo que escribes, que ningún miembro de nuestra familia ha visto. Ahí he escrito cosas que no he hablado con nadie, ni con mi madre ni con mi mejor amiga, son cosas que te guardas para ti, son sentimientos puros, es una carta abierta que a todas nos ha hecho llorar y emocionarnos, es algo duro, porque hemos tenido que volver atrás para contarlo”, cuenta Paqui Espinosa.
En el proyecto también han participado los hijos, incluso los demás hermanos. Tanto en el caso de Paqui como en el de Rafi, además de sus hijos Curro y Rafa, respectivamente, han participado también las hijas de ambas, que también han estado en las sesiones de fotografía y video. Rafi cuenta que “ha sido una experiencia muy bonita, porque yo iba bastante nerviosa, pensando en las fotos y en cómo íbamos a salir en las fotos, pero la verdad es que desde que llegamos al estudio Alicia nos dio una gran tranquilidad, estaba con mis hijos Inés y Rafa y ni nos dábamos cuenta de que nos estaban haciendo fotos. Y yo creo que las fotos reflejan eso, lo a gusto que estábamos”. Por su parte, Paqui dice que “en mi caso fue más difícil, porque a Curro no le gustan nada las fotos y a mi hija tampoco, pero los convencimos y la paz y tranquilidad que nos dio Alicia nos ayudó mucho a relajarnos”.
Tanto Paqui como Rafi animan a visitar la página web e informarse del proyecto y a colaborar con la cantidad que puedan, ya que se puede hacer desde 5 euros. También animan a ver el vídeo de la sesión fotográfica con las madres y sus hijos y a compartir la publicación en redes sociales. Y por supuesto, señalan que el fotolibro puede ser un buen regalo.