Los pequeños son los que marcan el ritmo en una casa. Son ellos los que nos embaucan en sus actividades, nos hacen estar de vacaciones y nos hacen volver a la rutina. Es esto último lo que llega justo en el momento en el que los menudos comienzan con sus clases. Es, para los padres, la ansiada vuelta al cole.
La primera jornada de retorno se ha vivido con el consabido horario de adaptación. Hoy el ritmo cambia, y hay que madrugar para cumplir de 9 a 14 horas. A las 11:30 horas de este miércoles estaban citados el alumnado de primaria, para justo a continuación, al mediodía, se suman los de infantil, incluidos los peques de tres años que inician su aventura en el cole.
Onda Loja Radio estuvo testando esta esperada jornada en el Colegio Caminillo, uno de los más numerosos del municipio con más de 480 niños y niñas. Mochilas, colas en las puertas, abrazos, reencuentros, filas en el recreo, música de fondo, etc. El colegio volvía a coger ritmo en plena ebullición mientras en el interior los docentes ultimaban detalles y se deseaban, también con emoción, un buen curso.
Los primeros alumnos, los más previsores y madrugadores, ya aguardaban en el patio. Como veteranos, los de primaria, se mostraban con sentimientos dispares en esta jornada. Por un lado, admitían su alegría del reencuentro con sus compañeros, pero por otro, reconocían algo de miedo al enfrentarse a un curso superior.
Si los pequeños viven estos momentos con nerviosismo, eso también es trasmitido a padres, abuelos y tíos que los acompañan en este día tan especial. Las familias reconocen que había sido una noche donde conciliar el sueño había costado más de lo normal y que ahora no quedaba otra que adaptarse a la rutina. También no podían dejar de admitir que la llegada del curso les permitiría tener una mejor conciliación y más tiempo para otras tareas cotidianas. En cuanto a los preparativos de materiales escolares, se lo toman con paciencia, poco a poco cada niño contará con lo necesario para sacar adelante el curso.
Llegaba el turno de los más pequeños, los que se estrenan en el colegio. Son, sin duda, los protagonistas de la jornada. Vestidos de mayores, algunos con mochilas más grandes que ellos, los de infantil se adentraban en el patio. Agarrados a sus progenitores, atisbaban el horizonte como el que descubre el mayor de los tesoros. Llegaba el momento de entrar a clase, y mientras unos parecían que habían estado en el cole toda su vida, otros tenían que ser arrancados de los brazos. Si ellos lo pasaban mal, no menos lo sufrían sus familiares.
Laura Martín, maestra de infantil, reconocía que este día, no por vivido, dejaba de ser muy especial. Admitía la vocación que le había llevado a esta profesión y pedía a los padres paciencia. “En tres semanas están ya adaptados”, reconocía la maestra mientras de fondo, en su clase, se sucedían los gritos y llantos. No eran pocas las manos de sus compañeros que la ayudaban en esta primera toma de contacto con unos pequeños que la verán como gran referente durante los próximos tres años.
Poner en marcha un colegio no es nada sencillo. Desde el más pequeño al más grande, la organización es fundamental para que todo funcione y la comunidad educativa sea el motor. En esa labor están los docentes, encabezados por la dirección del centro. Blas Ramos, director del CEIP Caminillo, nos explica que los preparativos del curso se inician en julio y que cada profesional trabaja para contar con todo listo para septiembre. También reconoce que se trabaja cada centro con una temática para todo el centro, en este cole el arte será el protagonista. Ramos desea un buen curso a los 10 colegios del municipio.
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