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domingo, 6 de octubre de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Cuesta La Palma, una tranquila pedanía fronteriza a pie de autovía

Este núcleo rural ha sabido aprovechar su situación geográfica creando una amplio tejido hostelero – Su territorio se extiende por una gran superficie de bosque mediterráneo que atrae cada vez a más visitantes 

En el extremo occidental del territorio lojeño, haciendo frontera con la provincia de Málaga, se encuentra Cuesta La Palma. Esta pequeña y tranquila pedanía se asienta en una encrucijada de vías de comunicación. Muchos vecinos ven desde sus viviendas, a muy pocos metros, una de las principales autovías andaluzas, la A-92. Por la parte opuesta, muchos otros cuesteños convivían –hasta hace algo más de un año- con el paso de los trenes convencionales por la vía anexa. Por si fuera poco, por su territorio también pasará la futura línea de AVE.

Tener la autovía A-92 a “un paso” y en mitad de una zona de tránsito supone para sus alrededor de 350 vecinos un aliciente más para vivir en este lugar. “La pedanía es muy tranquila, tenemos buenos servicios, muy buenas comunicaciones y el núcleo urbano lojeño a apenas siete minutos”, destaca Manuel Ruiz, su alcalde pedáneo. 

En los últimos años ha experimentado un importante crecimiento de su superficie urbanizada, a raíz de la construcción de nuevas viviendas, tanto VPO como de iniciativa privada, que han sumado otras siete familias. Paralelamente a esto, se han construido nuevos edificios destinados a servicios como el centro de usos múltiples, la escuela o el consultorio médico. Y todos ellos, destaca Ruiz, concentrados en una misma zona para mayor comodidad de los vecinos.

Este anejo lojeño ha sabido aprovechar su situación geográfica creando varios negocios hosteleros y de servicios que dan cobertura a las miles de personas que transitan desde el continente europeo, sobre todo, a destinos del norte de África. Es por ello que se pueden contar hasta cinco restaurantes, además de un pequeño hotel rural, una gasolinera y un taller mecánico. 

Tres de estos establecimientos hosteleros cuentan con los servicios necesarios para satisfacer las necesidades de sus principales clientes, los ciudadanos marroquíes. Bazares, tiendas especializadas y hasta pequeños lugares de oración se encuentran en sus instalaciones. Este trasiego de personas de diferentes países, culturas y religiones afecta al carácter de los cuesteños, “muy abiertos al exterior, sociables y hospitalarios”, presume Manuel Ruiz.

Precisamente, el origen de la pedanía se encuentra en su condición de zona de tránsito. Por su calle principal pasaba la cañada real de Sevilla-Granada. En los alrededores había grandes prados y varios abrevaderos para dar de comer y beber a los rebaños de cabras, vacas u ovejas que paraban en el lugar antes de continuar su camino. Aprovechando esta situación, desde principios del pasado siglo se fueron asentando las primeras familias en el lugar, procedentes de cortijos colindantes, hasta consolidarse como núcleo urbano de población.

También pertenece a La Palma otro núcleo rural, Dehesa de Los Montes. Situado al Norte de la pedanía, está conformado por unos 15 cortijos diseminados por un entorno natural idílico conformado fundamentalmente por encinas y olivares. Su antigua escuela rural da cobijo hoy día a Villalítica, Centro de Experimentación de la Prehistoria. 

En este bosque mediterráneo se pueden encontrar especies arbóreas como encinas y cornicabras así como arbustos como el lentisco, además de otras especies autóctonas. En su extensión se pueden encontrar parajes como ‘El Chorrillo’, ‘La Bobadilla’ o el ‘Cortijo de Narváez’. 

En los últimos años, según indica Manuel Ruiz, el pueblo se ha abierto al turismo rural. Muchas personas visitan La Palma atraídas por su entorno natural y por las posibilidades que ofrece. Cada vez más, actividades como el senderismo y la bicicleta de montaña tienen más adeptos. Sobre todo acuden los fines de semana “y comen o duermen en alguno de los establecimientos de la zona”, subraya Ruiz.  

Precisamente, el alcalde pedáneo junto a un grupo de amigos fundaron en la segunda mitad de los años 80 el Club Ciclista de Cuesta La Palma, que llegó a organizar reputadas competiciones de bicicleta de montaña. Seis maratones que congregaron hasta 600 personas, cuatro circuitos por el Poniente Granadino y unas cuantas pruebas de rally son algunas de las competiciones promovidas por este club ciclista. “Fuimos pioneros en competiciones de este tipo, en visibilizar la bicicleta de montaña”, destaca con orgullo Manuel Ruiz. Hoy día, el colectivo ya no organiza pruebas de gran envergadura, aunque sus miembros siguen participando en cuantas competiciones estén a su alcance.

PROYECTOS FRUSTRADOS 

El sector servicios es la principal fuente de empleo de la pedanía en la que también destaca la agricultura. El cultivo principal es el olivo, aunque cada vez está cobrando más protagonismo el espárrago, más rentable económicamente con respecto al cereal. 

Las miradas del futuro desarrollo industrial de Loja se dirigen hacia Cuesta La Palma. En la pedanía se encuentran dos grandes superficies que tendrían que haber acogido ya dos macropolígonos, generando así gran cantidad de empleos: el de la Piedra y el parque Agroalimentario. Sin embargo, años después y tras no pocas polémicas y contratiempos, ninguno de los dos proyectos se ha hecho realidad. 

Por si fuera poco, otro proyecto se añade a la lista de fracasos que ha tenido que sufrir la pedanía. Antes de que estallara de crisis se definió la construcción de un campo de golf de lujo en las inmediaciones del ‘Cortijo de Narváez. Debía incluir, además de la superficie para la práctica de este deporte, varias promociones de chalés, un hotel y hasta un campo de fútbol. Sin embargo, aunque el proyecto fue ratificado por el Ayuntamiento, según explica Ruiz, no se ha encontrado hasta el momento un inversor que lo haga realidad. 

“Mucha gente del pueblo se ilusionó al saber de estos proyectos, sobre todo los jóvenes, porque iban a suponer muchos puestos de trabajo”, lamenta el alcalde pedáneo que, sin embargo, no pierde la esperanza de que algún día se materialicen y repercutan de forma positiva en el pueblo. 

UNAS FIESTAS MUY CONCURRIDAS

Los vecinos de Cuesta La Palma viven intensamente sus fiestas populares en torno al 25 de julio, día de su patrón Santiago Apóstol. La cena homenaje a los mayores, la verbena, el campeonato de tirachinas o las carreras de cintas son algunas de las actividades ya tradicionales. “Cada año participa más gente y las previsiones se desbordan. Nuestra población se llega a cuadruplicar durante las fiestas”, explica  Manuel Ruiz, quien añade que también reciben la vista de vecinos de pueblos limítrofes como Salinas o Archidona. 

La mayor parte del dinero para estos festejos patronales, curiosamente, se obtiene a lo largo de todo el año celebrando otras fiestas. Así, ya se ha hecho un hueco entre los vecinos la ‘Fiesta de las generaciones y coches de época’, que ya lleva celebradas cuatro ediciones. En ella la diversión está asegurada con música de distintas épocas y una exhibición de coches antiguos. Además, tres ediciones lleva celebrándose una gymkhana popular por equipos y cada Navidad se organiza una fiesta de Nochevieja y una cabalgata de Reyes Magos. No falta tampoco un concurrido belén viviente del que ya se han celebrado dos ediciones. 

En San Marcos, los cuesteños se van de romería al paraje de ‘El Chorrillo’. “Pasamos un día agradable juntos, y participan hasta siete carrozas”, destaca Ruiz. La iniciativa se recuperó hace unos diez años a partir de una foto antigua que llegó a manos del pedáneo y otro vecino, en la que se veía a los más antiguos del lugar celebrando también la romería. 

PANTALLAS ANTIRRUIDO

Hace unos años que los vecinos han intensificado una reivindicación que, a priori, parece básica: la instalación de pantallas acústicas que reduzcan el intenso ruido de la autovía. Además, piden que se construya una canalización para que las aguas fecales “atraviesen la A-92 y no se queden a escasos metros de las casas”. La mejora de la señalización viaria en la nueva urbanización –donde se han producido algunos accidentes- además del acondicionamiento de los accesos al área de servicio son otras de las peticiones que hacen los vecinos de La Palma. 

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