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sábado, 27 de julio de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Mª Ángeles Morales emociona y enamora a los asistentes con su pregón oficial de Feria

Más de 600 personas acudieron al Centro Cívico y vibraron con su buen hacer

Trabajos De Pintura De La Fachada Del Edificio Que Se Están Llevando A Cabo Estos Días. M.m.

“Quiero transmitir mi ilusión para que las cosas cambien, con el ofrecimiento de mi ayuda y colaboración para comenzar una revolución pacífica que nos devuelva la capacidad de soñar, de hacer planes, de reconocernos unos en los otros, de arreglar cosas…”

El pregón ofrecido por la lojeña  Mª de los Ángeles Morales Fernández fue un canto a la esperanza con los pies bien puestos en la tierra, una apuesta por la ilusión y por la solidaridad, tal como podíamos observar en ese fragmento de sus palabras ante más de 600 personas que abarrotaban el Centro Cívico. 

Esta maestra, implicada desde hace mucho tiempo en la vida social y cultural de Loja consiguió emocionar y enamorar a todos los presentes con su discurrir por su vida y por la vida de Loja, en un paralelismo que iba reflejando algunos de los hitos más importantes de esta etapa reciente de la historia lojeña.

Con un espacio escénico en el que se adivinaban numerosos personajes, solamente iluminado por un foco centrado en el atril donde se apoyaba la pregonera, su anunciada aparición en escena ya contó con un clamoroso aplauso, que fue la tónica dominante durante cada una de las fases que tuvo su canto a la Feria Grande de Loja. Pero la sorpresa no vino del escenario, sino del patio de butacas, donde su tío Pepe Pérez canto un tema inolvidable de las ferias de los sesenta y setenta, con una voz envidiable. Y de pronto, ya estaba la pregonera en el escenario, iluminada por el cañón de luz y la atención del público puesta en el comienzo de su intervención.

Y lo hizo con su autobiografía, dibujándola con un gran sentido del humor y gracejo al hablar. La infancia, la juventud, hasta llegar a ser maestra en el colegio Caminillo y a partir de ahí su vinculación con el barrio Alto.

A continuación llegaron las actividades sociales en las que había participado a lo largo de su vida, centrando su atención, en un momento dado, en el carnaval y para ilustrar musicalmente esta referencia, nada mejor que un grupo de ex-alumnos que hoy componen la Comparsa Los Rojos.

Más adelante fue desgranando sus vivencias sobre la feria, desde pequeña hasta la actualidad, la evolución de los emplazamientos, de las principales actividades, y en ese punto habló del Open de Tenis, de la caseta, de sus deslumbrantres actuaciones y, como no, de la Volaera, ejerciendo de vehículo sensorial Flor González que se atrevió con un cante flamenco que desvelo las potencialidades de esta cantante lojeña dentro de ese difícil mundo. Lo interpretó estupendamente acompañada a la guitarra por Kiki Corpas.

La noche seguía embrujada por el decir y el sentir de Mariángeles, llegando a otra de sus revelaciones festivas: los toros. Tras hacer una alegoría de la fiesta, en la que reivindicó la construcción de una nueva plaza de toros en Loja, recitó un soberbio poema de Pedro Vicarias allí presente, quien hizo unos lances taurinos bajo la estremecedora mirada del foco, que se nos representaba un miúra empitonado.

Después llegaron también los recuerdos de las ausencia, de las desgracias, de la tristeza y se metió hasta el fondo en la cruda realidad de la España actual, con sus listas de parados, con sus jóvenes sin expectativas, con sus recortes en sanidad, cultura y educación, con la corrupción, con los desahucios y un largo etcétera que nos presento a una Mariángeles combativa, guerrera, pero apostando por la solidaridad, por vencer el horizonte de egoísmo y de competitividad que imperan en esta época. Y apostó por la juventud, “a la que esta sociedad ha traicionado” y pidió que todo el mundo estrechara sus manos para salir de esta situación. Gritó contra el derrotismo y soltó un esplendoroso  “¡Basta, señores, estamos hartos!”. En ese instante, la glosadora de los festejos vivió uno de los momentos más emotivos para ella, al presentar a su hijo, Modesto Pérez que, a la voz y la guitarra, interpretó una canción propia como un canto a la esperanza, acompañado por Clara Molina al violonchelo y Lorena García a la viola.

La siguiente etapa de su discurso se destinó a la programación de fiestas de este año, destacando algunas de las actividades más representativas y genuinas, llegando hasta la procesión de la Virgen de la Caridad, ocasión que aprovechó para hacer subir al escenario a los 45 jóvenes, chicos y chicas que componen la Banda de Cornetas y Tambores Flor Entre Espinas que se lucieron con una versión propia del viejo tema “Moliendo café”. 

Entre ellos hizo una exaltación del Rosco de Loja, como producto, como icono, y recientemente como trofeo. Tras de lo cual, y con el beneplácito del público, que a la entrada al Centro Cívico tuvo ocasión de comerse un rosquito y una copita de vino dulce gentileza de la pregonera, ella misma y el resto de personas que habían participado en el espectáculo brindaron por todos.

Posteriormente, el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, felicitó a la pregonera y dijo que su presentación había estado llena de sentimiento y emoción, sin olvidar el alegato por los jóvenes que había formulado. A continuación le hizo entrega del Rosco de Loja, como primera ocasión en que este trofeo se hace llegar a las manos de una persona homenajeada.

En los prolegómenos, el acto fue abierto por el concejal de Fiestas, Joaquín Ordoñez, que glosó las cualidades de Mª Ángeles Morales para ser la encargada de anunciar las fiestas de este año.

Un magnífico pregón que produjo una catarata de sensaciones entre el público, que lo agradeció con una larga y sincera ovación. 

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