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martes, 12 de noviembre de 2024

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La instalación poética “Los rostros de la palabra” de Juan María Jiménez regresa a Loja cuatro años después de su primera presentación

Tras pasar por la Universidad de Granada, el IES Virgen de la Caridad acoge la experiencia creativa durante la próxima semana

Tras su paso por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, en el pasado mes de abril, la instalación poética “Los rostros de la palabra”, de Juan María Jiménez, llega ahora al IES Virgen de la Caridad de Loja, regresando a la ciudad donde se presentó por primera vez en 2014, pero aumentada y corregida en sus contenidos.

El centro educativo lojeño ha abierto sus puertas a esta experiencia de la mano del profesor de Tecnología, Joaquín Vega, y  la profesora de Lengua y Literatura, María Antonia Ramírez, quienes se han interesado vivamente por la propuesta  poética del autor. Así mismo, su director Salvador Jiménez y el jefe de estudios Antonio García han propiciado esta exposición poniendo a disposición de Juan María Jiménez el salón de usos múltiples del instituto.

La inauguración tiene lugar este lunes 4 de junio, a las 11 de la mañana, y aunque se trate de una actividad desarrollada en un centro educativo, su visita está abierta a  la comunidad para visitarla, tanto en horario de mañana como de tarde, coincidiendo con las horas lectivas del IES Virgen de la Caridad.

La muestra recoge los diferentes ámbitos de recreación de los poemas de Juan María Jiménez, escritos durante los últimos años y transformada su forma de presentación mediante el uso de diversas formas, ya sean como espacios de reflexión y participación, como el uso de materiales inusuales en la comunicación poética. 

“Los rostros de la palabra” es un nuevo, y no será el último, seguro, intento de complementar a la poesía con otros recursos, de ampliar y diversificar las vías y  formas expresivas que permitan aumentar su capacidad de impacto y de penetración entre las personas. 

Los grandes, los universales temas permanecen aunque ahora, quizás, apoyados por otros matices, por otras voces, por otros elementos y ayudar a entender que la poesía está inmersa en el día a día de nuestras vidas, y a aprender a reconocerla en los objetos cotidianos, en los hechos presuntamente insignificantes.

Es también una manera de llegar a otro público hasta ahora desinteresado por la poesía, de hacerla más inteligible, en la raíz de cada verso, para quienes sólo nadaban por la superficie del poema, de establecer nuevas claves para la comunicación de lo más profundo de sus sentimientos entre los seres humanos. O, por qué no, de abrir una línea de trabajo, por ejemplo, en el mundo de la Educación.

Aquí se siente y se oye la poesía, se toca, se desmiembra y se rehace, se atisba y se materializa. Aquí el verso se convierte y reconvierte en todo cuanto el espectador desee. La estancia se divide en los siguientes apartados:

Poetacall

Lo primero que se percibe cuando se accede al espacio expositivo es un panel que representa la figura de un poeta decimonónico, al que se le ha practicado un óvalo para que el visitante pueda situar su propio rostro. Todo el mundo puede escribir, compartir sus pensamientos, sus sueños o sus pesadillas. Todo el mundo puede ser poeta. 

Los vértices del caos

En este lugar inicial, en medio de los puntos cardinales del espacio expositivo se sitúa una referencia babélica a las voces del hombre. Aquí se concentran los ecos de las distintas propuestas expositivas, el paso para ir de una a otra zona, el tráfico (a veces colapsado, a veces fluido, otras solitario o inexistente), o el tránsito (por la vida, por los deseos, por las tragedias, por las satisfacciones…), el caos previo a todo proceso creativo

Sala de ser o estar

Representa una estancia confortable, especialmente concebida para la lectura. Se ofrecen algunas publicaciones del autor. El conjunto lo completan dos poemas escritos y enmarcados en cuadros, vinculados a dos fotografías de paisaje marino. En una esquina se encuentra una percha con varios libros colgados, a modo de equipaje fundamental, y un paraguas para protegerse de algunos poemas. El ambiente invita a sentarse y leer tranquilamente los libros, o sencillamente a ver pasar el mundo.

ah! ojado

Bajo este epígrafe se reúnen algunas muestras de poesía visual confeccionadas con diferentes elementos materiales y simbologías. La fotografía, la composición arquitectónica, las texturas, o la rotulación, entre otros, se confabulan para provocar la sorpresa a través de los sentidos e inmiscuirse en el tránsito de los versos.

El verso permutado

En la pared se cuelga un lienzo con un poema escrito en grandes caracteres. Una palabra de cada verso está en blanco. Se invita al público a escribir la palabra alternativa que crea conveniente, a que haga su propia versión del poema. 

Los gozos prohibidos

Una pared acerada y rodeada de tela metálica, crea al otro lado un espacio reservado que sólo puede verse a través de una rendija. Dentro, iluminado por un punto de luz negra, se puede leer un poema de carácter sensual escrito sobre un lienzo con tinta reflectante. Una crítica al mundo encorsetado, a la opresión, a la censura, a los tabúes, a la educación castrante, que trata de alejarnos de nuestras propias identidades, sueños, ilusiones y realidades alternativas.

Placer solitario

Separado del resto de las instalaciones por una celosía se ofrece un videopoema de carácter erótico y que sólo puede escucharse mediante unos auriculares. El espectador ante la imagen turbadora de una danza febril. Desde afuera se adivina su intimidad en un acto de placer solitario, mientras que, quien le ve, actúa guiado por la curiosidad y la intriga como un voyeur impenitente.

Verbos disyuntivos

Cuando el recorrido por la exposición se acerca a su final, tal como ocurre en la propia vida, se presenta ante el espectador/actor una grave decisión: a un lado y al otro del marco de una puerta se sitúan sendos poemas definitivos, tendrá que determinar hacia cuál de ellos dirigirá sus pasos y la consecuencia de esa disyuntiva marcará el sentido de su discurrir entre verbos.

Videoproyección

Durante todo el recorrido por esta instalación, sobre una pantalla se diversos videopoemas del autor, con texto, locución, grabación de imagen y realización propias y, generalmente, música ajena. 

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