El cine cada vez más cerca
La empresa que gestionará su explotación en el Centro Cívico última los trámites burocráticos, mientras se hacen las pruebas definitivas de los equipos de proyección
JUAN MARÍA JIMÉNEZ
Han pasado 8 años desde la última proyección que se produjo en el Cine Imperial, antes de que comenzaran las obras de su rehabilitación en 2006. Desde entonces para acá, y salvo las sesiones cinematográficas de cine de autor que se han realizado en el CIC El Pósito, en el Espacio Joven o las veladas de cine de verano repartidas por diferentes lugares del municipio, los lojeños amantes del séptimo arte habían de trasladarse a otras ciudades para verlo en la gran pantalla.
En los últimos meses se han venido anunciando diversas fechas previstas para el reinicio de la actividad cinematográfica con carácter permanente, pero distintos avatares lo han impedido, ahora y tras la instalación del moderno equipo digital de proyección en el auditorio del Centro Cívico Adolfo Suarez, la llegada de películas de estreno y carácter comercial, aunque con calidad, está a la vuelta de la esquina.
Según ha informado el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, en estos días se ha procedido a las pruebas definitivas de las instalaciones necesarias para este menester, sofisticados equipos de proyección que incluyen el sistema 3D, buenos equipos de sonorización envolvente, y la pantalla ya son una realidad en aquel espacio cultural.
Mientras tanto, el Área de Cultura municipal ha llegado a un acuerdo con una empresa granadina, tras la licitación del servicio, para gestionar esta actividad. Así pues, esta empresa está ultimando los trámites burocráticos para poder llevar a cabo el servicio, entre ellos, el alta en el Instituto de Cinematografía de Andalucía.
Es posible que el cine ocupe ya un lugar en la agenda de los lojeños a partir del otoño, sin embargo, el alcalde ha querido ser más precavido y sitúa en el horizonte de final de año, como máximo, la programación de películas en el Adolfo Suarez.
El pliego de condiciones para la explotación de esta infraestructura cultural establece, entre otros requisitos, que el precio de las localidades sea económico, de tal forma que la entrada costará cuatro euros, un precio muy por debajo de los que rigen en salas comerciales de la capital u otras ciudades.
A partir de ese momento, los lojeños no tendrán obligatoriamente que acudir a la vecina localidad de Huétor Tájar, como mayoritariamente se hacía hasta ahora, para ver películas actuales, de calidad y a buen precio.
