No fueron pocos los lojeños que ayer de mañana se sobresaltaban por el típico movimiento de objetos, tintineo y ruido que produce un terremoto. Pasaban unos minutos de las 12 horas cuando la sorpresa daba paso al miedo y de ahí a comprobar que no se trata de una sensación errónea, hablando con compañeros o llamando a familiares para cerciorarse de que era eso: un movimiento sísmico.
Según constataba el Instituto Geográfico Nacional, un temblor de 3,6 grados cuyo epicentro se sitúa en la localidad de Cacín se registraba a las 12.07 horas a una profundidad de 12 kilómetros (inicialmente se dijo que había sido a 5 y que su magnitud era de 3,7).
Además de las localidades situadas en en entorno de Cacín, el seísmo se sintió ámpliamente por la comarca e incluso la provincia de Málaga. Así, además de Loja y otros pueblos del Poniente, el movimiento telúrico se sintió ostensiblemente en lugares como Málaga capital, Torre del Mar, Torrox o Nerja.
Al parecer, en ningún caso se advirtió la caída de objetos, aunque si su temblor y movimiento, ni daños físicos o personales.