Descarga gratuita del PDF del periódico

martes, 14 de enero de 2025

PUBLICIDAD

Bonachera - Roscos de Loja

Un proyecto para rehabilitar y valorar la Alcazaba lojeña

Los arquitectos Pedro Gurriarán y Sergio Veládez, de la empresa Yamur, elaboran para el Ayuntamiento el documento con el que restaurar la muralla norte, poner en valor el Patio de Armas y crear un espacio escénico

La Alcazaba de Loja es una de las joyas de la corona del patrimonio local. Junto a la imponente torre de la Iglesia Mayor domina el horizonte de la ciudad y supone uno de los principales recursos turísticos del municipio. Sin embargo, su estado de conservación es, en algunos casos, deficiente, y su importancia histórica quizás tampoco sea lo suficientemente valorada por los propios lojeños. 

Aprovechando las posibilidades que se abren a corto y medio plazo gracias a próximas convocatorias de subvenciones a nivel estatal y europeo -como el 1,5% Cultural o los fondos Next Generation-, las áreas municipales de Cultura y Urbanismo han colaborado para la redacción de un proyecto que contribuya a impulsar el monumento alcazabeño, declarado Bien de Interés Cultural en 2001. Es un plan que no sólo pretende rehabilitar los espacios más deteriorados, sino hacer de él un elemento vertebrador y motriz del patrimonio local a la vez que se establece una vinculación con los ciudadanos. 

El proyecto ha sido encargado a la empresa Yamur Arquitectura y Arqueología. Sus responsables son Pedro Gurriarán y Sergio Veládez, conocedores de la alcazaba lojeña por anteriores trabajos. Ya actuaron en 2007 en la restauración de una pequeña parte de la muralla norte. Además, han sido los encargados de otras actuaciones en otros importantes recintos fortificados, como los de Almería o Badajoz. Recientemente han ofrecido una charla en El Pósito en la que han explicado el proyecto básico –después tendrá que llegar el constructivo- que han presentado al Ayuntamiento, que han valorado en casi 1,2 millones de euros. Se trata, según sus palabras, de un “proyecto ambicioso, porque nunca se ha abordado tanto de una sola tacada, pero a la vez necesario, porque el monumento lo requiere por su estado actual”. 

El proyecto redactado pretende conseguir tres objetivos: por un lado, la restauración del frente norte de la muralla, consolidando las estructuras defensivas y eliminando instalaciones recientes; por otro, la puesta en valor del Patio de Armas, con la conservación de los restos existentes y la creación de recorridos visitables mediante pasarelas de madera. El estudio está ideado de tal forma que ambos objetivos se puedan conseguir por separado, en caso de que la subvención concedida sea menor al montante total. A estos dos objetivos se le añade un tercero: la ejecución de un espacio escénico junto a Caserón de los Alcaides Cristianos que permita realizar actos locales y que sirva como foco de atracción para los propios vecinos de Loja.

ACTUACIÓN EN LA MURALLA NORTE

En la fortaleza lojeña, según explican los autores, hay estructuras de época omeya, también de una fase almohade “muy importante” y, sobre todo, del periodo nazarí, “cuando se fortifica con técnicas distintas”. Gurriarán y Veládez argumentan que estamos ante una alcazaba “de primer nivel” que hay que conservar “no sólo porque es un BIC, sino por su importancia histórica, además de su valor ambiental y paisajístico”. 

Uno de los problemas a los que se enfrenta la muralla de la Alcazaba es al agresivo desarrollo urbanístico en el barrio, donde las casas se han ido asentando sobre los lienzos. Hasta los años 50, las viviendas no se construían sobre la muralla, no se montaban de manera tan intensiva como lo están ahora. Eso, explican, “ha deteriorado bastante la muralla, porque los lienzos en algunas partes han desaparecido, en otras las piezas originales se han sustituido por materiales recientes, como ladrillos u hormigón, y también se ven muchas tuberías que afean y afectan a la estructura”. 

Ya que se tienen que conservar las casas que hay encima de los muros de muralla, se van a “dignificar”. De esta forma, los saneamientos que la atraviesan serán eliminados, si es posible, creando un único bajante. Si esto no se puede hacer, el proyecto prevé sustituir las actuales tuberías de PVC por otro material más acorde a la construcción y que afee lo menos posible. En cualquier caso, los arquitectos aclaran que la obra “no va contra nadie, ya que sólo se pretende conservar lo que queda de muralla”. 

En una de las torres más emblemáticas, la torre ochavada, los arquitectos alertan de importantes problemas que pueden afectar a su seguridad. Parte de la muralla anexa ha desaparecido por derrumbes producidos a los largo de los siglos y esos huecos están ocupados por vegetación y árboles. La maleza será eliminada, pero las partes de lienzo que no existen no se pueden recuperar. “No inventamos lo que no se conserva”, aclaran los arquitectos. Además, añaden que “en parte se restauró en su momento con cemento, un material que estaría hoy prohibido en las restauraciones”.  Por tanto, proponen eliminar ese material en la intervención a realizar.  

Además, hay tramos de muralla donde se ha excavado tanto en su parte inferior “que la muralla no descansa en nada, con el consiguiente peligro de derrumbe”. Por ello, se realizarán trabajos de consolidación para evitar el colapso de los lienzos. Hay también otras zonas de muralla que han perdido el mortero “y las piedras están sostenidas solo con el contacto unas con otras”. 

En total, el proyecto contempla la restauración de ocho torres y diez lienzos se muralla, en el flanco norte. El objetivo final de esta intervención es “que se identifique la muralla desde fuera como una unidad, ya que veces no se puede ver así “. 

INTERVENCIÓN EN EL PATIO DE ARMAS

El otro pilar de la intervención planteada es la rehabilitación del Patio de Armas que, según los arquitectos, “se encuentra ligeramente abandonado, tras algunos trabajos de urgencia que se realizaron hace algunos años”. Añaden que “hay consolidaciones que han hecho daño a elementos que están consolidando”. 

Se pretende estructurar una visita al espacio con “una buena lectura del lugar,  que dé conocimientos de cómo se vivía en este espacio”. Se prevé establecer un recorrido “mínimamente invasivo con el entorno a través de un circuito de pasarelas de madera ligeramente despegadas del suelo y con materiales que pudieran retirarse sin dejar ningún tipo de huella”. 

Por otro lado, las estructuras arqueológicas del Patio de Armas también se restaurarían y el techado que cubre los muros de tapia de tierra, “de poco acierto estético” según los arquitectos, se pretende sustituir por una estructura traslúcida. 

En la parte norte del Caserón de los Alcaides Cristianos, donde está la entrada principal del Museo, se prevé la creación de un pequeño escenario “para potenciar la vinculación social de los ciudadanos con el patrimonio”. La idea es utilizar este espacio para pequeños eventos culturales de escala municipal. Todo ese entorno irá pavimentado con piedra arenisca, que también se extenderá a un espacio contiguo a la entrada, que también se ganará para el disfrute de la visita. 

TE PUEDE INTERESAR

Deja un comentario