Si bien con la inusitada salida en un único desfile procesional de las dos hermandades que tenían ayer domingo estación de penitencia por las calles de Loja, la de Nuestro Padre Jesús en la entrada triunfal en Jerusalén, y la de María Santísima de la Luz, a causa de las lluvias matinales, lo cierto es que las tres hermandades que tenían previsto su paso por la carrera oficial en el inicio de esta Semana Santa 2013, pudieron realizarlo superando las inclemencias del tiempo.
Porque tanto el viernes como el domingo llovió en Loja y lo hizo con cantidades variables aunque dignas de valoración, pero en las dos jornadas se produjeron las claras suficientes o, en el caso de ayer domingo, la acomodación precisa, para que las imágenes desfilaran por las calles de la ciudad.
El viernes de Dolores, la imagen que preside la Hermandad de la Santísima Virgen de los Dolores fue esperada por muchísimas personas a lo largo de su recorrido, como muestra inequívoca de que la gente tenía ya ganas de que comenzara esta Semana de Pasión. El traslado de la imagen se produjo de acuerdo al horario y recorrido previstos, sin incidentes.
El domingo amaneció nubado y con ganas de lluvia, lo que se materializó conforme avanzaba la mañana y llegaba la hora de partir de la Hermandad de la Borriquilla desde la iglesia Mayor, e hizo que los responsables de la misma decidieran darse una nueva oportunidad y esperar a ver cómo evolucionaban los acontecimientos pluviométricos hasta la tarde. Así, fueron muchas las personas que tuvieron que volverse a casa más allá de las once de la mañana, cuando se decidió tal postura.
Y la tarde abrió un hueco para que la anterior Hermandad, junto con la de María Santísima de la Luz, partieran al unísono y desde la misma sede, la iglesia Mayor, para enfrentarse a un recorrido que no estaba exento de riesgo por la más que probable aparición de las gotas del cielo.
No obstante y aunque esa incertidumbre acompañó a las dos imágenes durante casi todo su recorrido, lo cierto es que pudo culminarse sin novedad, y se produjeron más que abundantes ocasiones para disfrutar de un desfile inusitado, por la confluencia en una misma carrera a tronos, cofrades y personas alumbrando de las dos hermandades. El público, deseoso de procesiones, acompañó de manera multitudinaria a ambas imágenes durante todo el desfile. Tal vez el horizonte nuboso que se presenta para esta semana, con una alta posibilidad de que las lluvias hagan acto de presencia durante todos los días álgidos de la celebración lojeña, hizo que la población se sumara a los hasta ahora desfiles celebrados, sin perder la esperanza de que algún que otro claro en las previsibles jornadas lluviosas, permita la salida a la calle de todas las hermandades y cofradías.