Los escolares del colegio público Gibalto de Riofrío cuentan desde hace una semana con una nueva estructura en su patio de recreo. Se trata de una pérgola con la que, mediante toldos, se consigue crear un área de sombra que permite salir al alumnado en las horas centrales del día y en los meses de más calor.
Este cenador es uno de los tres previstos por el Área de Educación del Ayuntamiento de Loja, que también ha instalado en dos centros educativos más, en este caso del casco urbano: San Francisco y Caminillo. “Hoy podemos ver el resultado de una de las pérgolas montadas en el colegio de la pedanía de Riofrío, ya que en las horas de máximo calor los escolares se tenían que refugiar del sol bajo los árboles y van a agradecer tener esta nueva infraestructura en la zona derecha del edificio, junto al futuro huerto urbano”, comentó el concejal de Educación, José Antonio Gómez.
La inversión total de estas tres nuevas galerías cuenta con un coste cercano a los 90.000 euros, procedentes del remanente positivo de tesorería, con el que “cumplimos la promesa de este equipo de Gobierno con estos centros educativos y esperamos seguir ampliando a otros”, afirmó.
El responsable de educación en el municipio dio las gracias a la comunidad educativa por soportar las molestias que hayan podido ocasionar los trabajos de construcción, ya que se ha tenido que levantar parte de la superficie del patio para la cimentación. “La empresa local que las ha instalado, Construcciones Narváez, ha intentado que no sea en horario escolar, pero en algunas partes ha sido imposible no molestar al alumnado y profesorado”.
Sobre el diseño, realizado por la arquitecta Loles Raya, y en el que se dibuja un universo de constelaciones como Casiopea o la Osa Mayor, explicó que “no sólo era cuestión de construir una pérgola, sino en su techumbre se han tenido en cuenta muchos detalles como que traspase la luz solar para que les llegue a los escolares la vitamina D”. Y puso como ejemplo el colegio San Francisco, donde la estructura se ha alzado en una zona de umbría y era, fundamental, conseguir esa luminosidad.
A continuación, la directora del CPR Gibalto, María Victoria Castellano, daba las gracias por conseguir una pérgola que “llevamos reivindicando desde hace cuatro años que llevo de directora”.
Una petición muy necesaria, porque “tenemos un patio pequeñito en el que da el sol desde que sale y era una carencia que teníamos para la comodidad de nuestro alumno que pudiera elegir entre sombra y sol, según el día” y que se ha conseguido, tras un proceso largo, pero lo importante es el resultado”, aseguró.
Por su parte, el alcalde Joaquín Camacho subrayó la apuesta que deben de hacer todas las administraciones por mantener “nuestros edificios públicos y centros escolares en las mejores condiciones”. Incidió en los centros educativos de las zonas rurales a los que “hay que adaptar al siglo veintiuno con mayor accesibilidad, más habitables y saludables”, ya que este inmueble concreto fue construido en los años 70, es de una sola planta y cuenta con “muchas necesidades de mejora”.
Al hilo de esto, manifestó que “sabemos que queda mucho por hacer y, desde el Ayuntamiento hemos intentando ir creciendo en el dinero destinado al mantenimiento y, sobre todo, la inversión de instalaciones que lleven a ese objetivo”, como es el caso de esta pérgola, tan demandada por la dirección y el AMPA.
Otras actuaciones paralelas han sido el parque infantil adyacente al colegio, junto a la instalación de una caldera y la reforma de la antigua casa de los maestros que comparten con la asociación de vecinos. “Entre fondos propios, remanente y subvenciones de la Junta se han invertido en nuestros colegios unos 500.000 euros que han recibido todos los centros” –informó-, como el cambio de ventanas y la calefacción de Victoria.
Por último se refirió al comedor escolar del colegio público Rafael Pérez del Álamo del que “sólo quedan los detalles para que entre en funcionamiento en este mes de febrero”.