La suerte ya está echada. Hoy es 22 de diciembre y amanecemos con la ilusión del Sorteo Nacional del Gordo de Navidad. El tintineo de las bolas ya hace mella en nuestros oídos mientras vemos como el bombo dorado que encierra nuestro número parece cada año mayor al de los premios. Aun así, todos esperamos que la suerte este año no sea esquiva, y los benditos, o malditos sino toca, niños de San Ildefonso canten el boleto que llevamos en la cartera.
Loja esté año juega más a la lotería. Las administraciones locales han notado ese repunte de ventas recuperando sensaciones con respecto a un pasado año en el que incluso se bajó en un 20%. Las sensaciones son otras, y hasta última hora de ayer se buscaba la suerte en los pocos números que quedaban. A las 22 horas se cerraron las opciones de jugar.
Esas buenas sensaciones nos lo comentaban en la jornada de ayer, Celina Escobar, que acompañada de su madre, Mari Pepa Burgos, de la cual heredó la administración número 1 de Loja, admitía estar ilusionada por un nuevo sorteo. Escobar recordaba como desde muy pequeña vivía con ajetreo las horas previas al sorteo y como cada mañana amanecía escuchando el cante de los premios. También deseaba continuar con la racha del pasado año donde repartieron suerte con el Sortero de El Niño y reconocía que este año se habían vendido más décimos.
El reparto de premios, en caso de caer en Loja, está asegurado. Solo en la administración número 1 del municipio se cuenta con más de un centenar de peñas, hermandades, asociaciones y partidos políticos que reparten su número. A ello se suman negocios que también juegan su décimo. Además, desde esta oficina se han repartido más de 200 números diferentes, incluso con cambios de números con administraciones de otros puntos de España.
María José Ropero, trabajadora desde hace muchos años de esta administración, reseñaba que este año la ilusión se nota más y que hasta última hora han acudido a por el número premiado. Ropero está convencida de que este año darán un premio bueno y recordó algunos de los rituales de los compradores. En cuanto a terminaciones reconoció que se acabó con prontitud los cincos y los sietes y también el 13. El 18.300, código postal de Loja, también reconoció que es un éxito de ventas.
Mari Pepa Burgos, veterana en la lotería lojeña, admitía que también jugaban a la lotería y que presentía que este año iban a tener suerte. La misma que deseaba a su hija para que continuara repartiendo premios. Su deseo, que hoy los medios de comunicación les volvamos a acompañar, sería síntoma de que esta vez, El Gordo no ha pasado de largo por Loja.