Poco antes de las 10 de la mañana de hoy, sábado 2 de enero, dos furgonetas de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía hacían su entrada en el municipio procedentes de la capital. En su interior se encontraban decenas de dosis de la esperada vacuna de Pfizer, la primera en ser homologada por la Unión Europea contra el COVI-19. Era sin duda el momento más esperado desde que el pasado marzo asoló a todo el país la llegada de la pandemia.
Esos dos equipos de vacunación han llegado en primer lugar a la Residencia Sierra de Loja, donde desde las 9:30 de la mañana esperaban en la puerta los más de cuarenta trabajadores de la misma. Eran momentos de nervios pero a la vez de esperanza por ver el inicio del final de unos duros meses de confinamiento y medidas restrictivas. Cabe recordar que Sierra de Loja ha sido de las pocas residencias de la provincia que ha logrado mantener la pandemia fuera de sus instalaciones.
La primera lojeña en contar con esta vacuna ha sido la propia directora del centro, Luz Divina Rodríguez. Tras ella les llegó el turno a los propios trabajadores. Todos ellos salían felices y concienciados de estar viviendo un momento histórico. En ese momento recordaban los duros momentos vividos, la incertidumbre de no saber que iba a suceder y la preocupación de tomar todas las medidas para evitar que el virus llegara a sus residentes.
El deseo era claro, que pronto pasaran los 21 días que les separa de la segunda inyección que les permitirá alcanzar la inmunidad. La esperanza es poder contar con una mayor libertad para unos usuarios que han vivido más de 5 meses en el mayor de los encierros. Es en estos momentos cuando recuerdan todo el esfuerzo realizado y agradecen el apoyo de todos los vecinos. Tanta era la emoción que incluso algunos familiares han acudido para aplaudirles tras recibir el esperado antídoto.
El primer residente en vacunarse fue Alfonso Pérez, natural de Motril pero, como él bien no se cansa de repetir, lojeño de adopción. Acompañado de sus padres, con los que tiene la suerte de pasar estas fechas navideñas, el residente recibe la vacuna con la ilusión de recuperar parte de la vida dejada atrás. A pesar de ello reconoce que ha vivido el confinamiento muy bien, admitiendo que sus compañeros son para él como una familia.
En cuanto a la colocación de la vacuna afirma que no le ha dolido nada en absoluto y anima a todos a ponérsela. Lo mismo opina el resto de los más de setenta residentes de Sierra de Loja. Todos mostraban orgullosos su pinchazo, sabedores de superar un momento más dentro de la unión que les caracteriza.
Álvaro Morales, gerente de Grupo Alfaguara, empresa que gestiona esta residencia lojeña, afirmó que la puesta de la vacuna era el momento que esperaban desde hace 9 meses. Era también momento de reconocer todo el esfuerzo que se ha realizado en este tiempo y se congratuló que el virus no haya entrado en sus dependencias. Morales deseó que pronto se consiga la inmunidad de los empleados y usuarios con el fin de recuperar algo de normalidad, aunque admitió que hasta que toda la sociedad no esté segura no hay que bajar la guardia.
Desde esta residencia el doble equipo de vacunación se trasladará a la Residencia Santa Clara. Para la próxima semana se estima la vacunación en la Residencia Nuestra Señora de la Misericordia. Los sanitarios lojeños también están llamados a vacunarse pero en este caso deben de acudir a Granada. Cabe recordar que estas primeras vacunas las suministra un equipo de profesionales formados para este fin por la Consejería de Salud.