“Las necesidades de atender las reparaciones y el mantenimiento de los más de 450 kilómetros de caminos y vías rurales del municipio superan nuestras posibilidades económicas”, en esos términos se ha expresado el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, con motivo de la visita que ha realizado a las obras de parcheo de la realenga que transcurre entre la carretera de Ventorros de San José y el también anejo lojeño de La Fábrica.
A falta de tres meses para que finalice el año 2019, el Ayuntamiento de Loja ya ha empleado totalmente la partida presupuestaria que tenía para dichos menesteres en este ejercicio, ha lamentado el primer edil, “quedando siempre pendientes actuaciones que no pueden realizarse por falta de recursos económicos”, concretaba. En ese sentido, el alcalde ha indicado que sólo podrá atenderse, de aquí a final de año, el camino que va desde el Llano Piña al Jardín de Narváez.
Plantear esta situación y llamar la atención de la Diputación de Granada, la Junta de Andalucía y el Gobierno de España ha sido el objetivo de la rueda de prensa ofrecida in situ mientras que se llevaban a cabo las labores de parcheo en el citado vial.
Joaquín Camacho, acompañado por el concejal de Servicios Municipales, José Antonio Gallego, ha comprobado en el ya citado camino rural de Torreagicampe las tareas que comenzaron ayer 30 de septiembre, y se efectúan con el personal y la maquinaria de la propia Concejalía de Obras y Servicios Municipales, complementándose con una apisonadora de rodillo de 5.000 mil kilos y 14 toneladas de asfalto en caliente que le ha facilitado la empresa encargada de la pavimentación de la calle Cervantes “Moronsillo Excavaciones y Contenedores”, fruto del acuerdo establecido entre ambas partes.
La actuación se ciñe a cubrir los baches en un tramo que alcanza varios kilómetros y cuya necesidad venía siendo muy demandada tanto por los vecinos de la zona como por los muchos ciudadanos que transitan por ella. Así lo afirmaba el responsable de las obras municipales, José Antonio Gallego, quien calcula que se mejorará el 85% de los problemas existentes a lo largo de su recorrido, aunque lamentando que no pueda atenderse la actuación como requiere, en profundidad y con mayor inversión.
Esta vía rural, que se extiende a lo largo de una realenga, no está considerada como carretera pero el atajo que supone para quienes se aproximan a la autovía A92 desde la zona norte del municipio, o viceversa, determina un tráfico más intenso del que le correspondería, sin olvidar el principal uso que es el agrícola y que adquiere su mayor relevancia en la temporada de recolección de la aceituna.
Su idoneidad geográfica es tal que por él también discurren autobuses escolares y camiones de gran tonelaje. Así lo ponía de relieve el alcalde, reclamando igualmente una mayor consideración ciudadana sobre las capacidades y el potencial que puede soportar el camino y reivindicando la colaboración y el apoyo del resto de administraciones gubernamentales. Una medida que podría aliviar esta situación sería la matriculación de este camino rural asfaltado a nombre de la Diputación Provincial, ha reconocido el regidor lojeño.
