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viernes, 19 de abril de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

El colegio Martín Vivaldi pone en marcha un revolucionario sistema educativo denominado Comunidades de Aprendizaje

El 27 de enero se mantendrá una reunión con todas las personas interesadas en colaborar

El Año Pasado Hubo Unos 300 Participantes Y Este Año Se Espera Superar La Cifra.

El colegio Elena Martín Vivaldi está dispuesto a dar la vuelta a la imagen que algunas personas tienen de su funcionamiento y vida diaria, demostrando que es un centro competente, con un profesorado implicado en la tarea socioeducativa y que está lleno de posibilidades de éxito para el alumnado. Para ello ha emprendido una comprometida e ilusionante ruta que pasa por la adopción de un nuevo sistema educativo en el que la colaboración y participación de ciudadanos voluntarios forma parte imprescindible del método de conocimiento de los alumnos.

Esta innovadora fórmula se denomina Comunidades de Aprendizaje y viene avalada por la  Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, tras que la experiencia haya sido muy bien valorada en más de 120 centros en la comunidad autónoma y se haya extendido a nivel internacional, llevándose a cabo en centros educativos de Brasil, y se han estudiado dentro del VI Programa Marco de Investigación de la Unión Europea Includ-Ed, como una actuación de éxito para el fomento de la cohesión social en Europa a través de la educación.

Según ha informado la directora del colegio Elena Martín Vivaldi, Inmaculada González, “el proyecto Comunidades de Aprendizaje está basado en un conjunto de actuaciones educativas de éxito, dirigidas a la transformación social y educativa. Este modelo está en consonancia con las teorías científicas a nivel internacional que destacan dos factores claves para el aprendizaje en la actual sociedad: las interacciones y la participación de la comunidad”.

Así pues, estas Comunidades, continúa diciendo la directora, “implican a todas las personas que, de forma directa o indirecta, influyen en el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes, incluyendo a profesorado, familiares, amigos, vecinos del barrio, miembros de las asociaciones y organizaciones vecinales y locales, así como personas voluntarias a título individual”. 

Este proyecto comenzó en la educación obligatoria en 1995 y de entonces para acá se ha podido confirmar la bondad de sus postulados.

Según se especifica entre sus objetivos, “una Comunidad de Aprendizaje” es un proyecto de transformación social y cultural de un centro educativo y de su entorno, encaminado a la mejora de los resultados escolares y de la convivencia, y a lograr el éxito educativo de todo su alumnado. Su rasgo distintivo es ser un centro abierto a todos los miembros de la comunidad en el que se contempla e integra, dentro de la jornada escolar, la participación consensuada y activa de las familias, asociaciones y voluntariado, tanto en los procesos de gestión de centro como en los del desarrollo del aprendizaje del alumnado”. Como diría la directora del colegio Martín Vivaldi, “podremos decidir qué tipo de colegio queremos y cómo vamos a conseguirlo”

La implantación y el desarrollo de un proyecto de esta índole implica asumir distintos compromisos por parte del centro, como es la formación previa sobre los contenidos y desarrollo de la propuesta, algo que ya viene haciendo todo el claustro de maestros del Martín Vivaldi, la recogida de las propuestas de transformación aportadas por todos los sectores participantes, marcando su prioridad, o la constitución de comisiones mixtas de trabajo compuestas por miembros de los diferentes sectores de la comunidad educativa para la puesta en marcha, gestión y desarrollo del proyecto.

Con este nuevo sistema, en clase estarán presentes personas voluntarias que ayudarán al educador en su tarea, mediante su integración en grupos interactivos con los alumnos. Cualquier persona puede ser voluntaria, según ha asegurado Inmaculada González, pues no es necesario tener ninguna formación académica previa, tan sólo su compromiso libre y ajustado a sus posibilidades de querer participar en este proceso educativo. Además, todos los voluntarios, recibirán un curso formativo que les capacitará aún más para tal actividad.

A fin de contar con ese capital humano imprescindible, el colegio Martín Vivaldi ha abierto un plazo para que las personas interesadas puedan comunicar su disposición hasta el 27 de enero, día en que se celebrará en el propio colegio una reunión con todas ellas. 

Tan sólo una jornada después se inicia la “fase de sueño”, en la que, según la directora del centro, se hacen todas las propuestas que se consideren óptimas para mejorar el rendimiento educativo del alumnado, y decidir “que escuela queremos para nuestros hijos y cómo vamos a hacerlo posible” añade González, en un proceso, indica, en el que hay total libertad de exposición, si bien posteriormente la comisión mixta habrá de evaluar las aportaciones y marcar su prioridad.

Desde el Elena Martín Vivaldi se hace una llamada de colaboración a toda la ciudadanía, especialmente a aquellas personas que cuentan con tiempo libre para poder dedicar algunas horas a la semana a este “ilusionador proyecto”, además de a padres y madres de alumnos, en la confianza de que se dará la vuelta a los recelos de algunos progenitores para que sus hijos vayan a sus aulas y se acabe así con la situación de cerca de 80 familias que llevan a sus menores a colegios de otros municipios por no querer matricularlos en el Martín Vivaldi, antes conocido como La Malagona.

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