In memoriam de D. Antonio Alcaide Castillo

El pasado martes 13 de agosto llamo a tu hijo Miguel, por teléfono, sobre las once de la mañana, porque alguien por la calle me dijo que estabas “malo” y me dijo que hacía media hora que nos habías dejado, y que sobre el mediodía estaríais en el tanatorio de Loja.
Comuniqué a la Alcaldía y a nuestro periódico el luctuoso acontecimiento. Hasta aquí los hechos que por ser tan rápidos no por eso voy a dejar en el cajón del olvido tus labores y desvelos por nuestros niños-as en tu época de pediatra, en la que has cuidado y curado a cualquier hora del día o de la noche, estabas siempre dispuesto a ver a nuestros hijos y aún más a nuestros nietos en muchos casos y a nosotros mismos nos aconsejabas lo que debíamos hacer en caso de cualquier emergencia.
Consagraste tu vida a cuidar a tu padre cuando enfermó dejando tu brillante carrera en Barcelona y en esos años te entregaste a todos tus vecinos y hoy te queremos dar este pequeños homenaje de agradecimiento por tu trabajo en pro de la infancia sino también de aquellos deportistas que necesitaban tu firma en su ficha técnica y tu siempre estabas dispuesto a hacerlo y además no cobrabas nada.
Hubo un tiempo en el que coincidimos en el IES “Virgen de la Caridad” en los años70, reconociendo al alumnado para detectar si presentaban anomalías que les perjudicaran para realizar una vida normal. Amabas el deporte y practicabas el tenis con los amigos, médico del Loja CD, también altruistamente, el ciclismo igual, con tus amigos Juan el Borlas, Román y otros muchos anteriores como Tolines etc.
Tu etapa política en la transición democrática como concejal de UCD y Diputado Provincial. Como estabas en la oposición poco pudiste hacer solo y no es poco, ayudar a los acogidos en Diputación que presidia nuestro buen Presidente Sánchez Faba. Hemos coincidido en tantos actos públicos, hemos tenido una afinidad de pensamiento que nos ha mantenido unidos durante toda una vida desde las Asociaciones en ayuda del pueblo gitano, con el Patriarca Manuel Cortés, Sor Mercedes etc. En el Casino has estado conmigo casi veinte años.
Nuestra amistad y respeto mutuo nos ha llevado a un profundo conocimiento de ambos y a que tenga sobre ti un aprecio y un cariño especial que nunca se ha enturbiado, aunque no faltó quien lo intentara. Antonio mi querido amigo Antonio, me has dejado solo, pero siempre te llevaré en mi corazón, como un hermano mayor. Ya estarás con Maruja, habéis dejado tres hijos a cual más bueno, a ellos me dirijo y a tus nietos. Vuestro padre y abuelo ha dejado el listón de ayuda a los demás muy alto, no lo perdáis nunca, os lo dice uno de sus últimos amigos. Que nuestro Dios y nuestra Virgen de la Caridad lo haya acogido en su regazo y goce de su gloria.