La Semana de la Discapacidad puso su cierre con la celebración de las IV Jornadas ‘Capacítate’, organizadas por el Grupo Alfaguara, en colaboración con el Ayuntamiento de Loja y la Universidad de Granada. Un foro con el que se busca visibilizar y promover la inclusión social de las personas con diversidad funcional y que contó con una nutrida participación.

Numerosas personas participaron y asistieron a las jornadas. FOTOS: PACO CASTILLO.
La concejala de Bienestar Social, Rocío Ortiz fue la encargada de inaugurar las jornadas y destacó esta iniciativa “para reconocer el talento y la superación personal de quienes luchan por una inclusión real” y dijo que “estos premios son mucho más que un acto institucional, son un recordatorio de que nuestra ciudad avanza cuando nadie se queda atrás, de que la inclusión no es un concepto abstracto, sino una realidad que construimos día a día con recursos, compromiso y, sobre todo, con sensibilidad humana”.

Rocío Ortiz, durante la inauguración de las jornadas.
La edil felicitó a Sierra de Loja “por su entrega, profesionalidad y cariño, pues gracias a vosotros muchas personas encuentran oportunidades para desarrollar sus capacidades, descubrir nuevos caminos y sentirse protagonistas de su propio futuro”. Especialmente reconoció al equipo humano que hay detrás, así como a los premiados y premiadas de la jornada, de los que dijo que son el corazón de ‘Capacítate’, gracias a su empeño, creatividad y fuerza, “pues enseñáis que no hay límites cuando se trabaja con ilusión y confianza”.
La residencia Sierra de Loja ‘La Alfaguara’ estuvo representada por sus dos responsables, Álvaro Montoya, por la Unidad de Gravemente Afectados, y José María Toral, del Centro de Adultos, que fueron los encargados de la presentación. Fue el primero quien se refirió al sentido de la realización de estas jornadas, señalando que “el objetivo es poner en el centro a las personas y sus capacidades”. Comenzó recordando los primeros pasos de estas jornadas hace cuatro años. “Fueron unos primeros pasos llenos de dudas, incertidumbre y vértigos, no sabíamos qué formas tomarían estas jornadas y hasta dónde podríamos llegar, pero lo que sí sabíamos era que la diversidad merecía un espacio, propio, digno, visible y escuchado”.

Álvaro Montoya durante la presentación de las IV Jornadas ‘Capacítate’.
Su compañero, José María Toral, destacó que “las ediciones anteriores nos demostraron algo fundamental, cuando una comunidad decide mirar con el corazón, las barreras se diluyen y aparecen los puentes hacia la comprensión, la empatía, hacia un modo más humano de estar en el mundo y hoy volvemos a reunirnos para seguir construyendo esos puentes para visibilizar la diversidad funcional en todas sus formas, física, sensorial, intelectual, emocional y, en definitiva, para celebrar la diversidad humana en su máxima expresión”.

José María Toral durante la presentación.
A partir de ahí comenzó una mañana llena de emociones, con una jornada que estuvo marcada por testimonios inspiradores, la cual comenzó con el primer bloque, denominado ‘La montaña nos salva, nos une y nos hace libres’. Así, la primera historia, denominada ‘No es como comienza el juego, sino como termina’, llegó desde Cartagena, protagonizada por Joaquín y Julia, padre e hija, una chica con parálisis cerebral a la que le encanta subir montañas junto a su padre. Ambos forman un equipazo de “running” que vuela muy alto tanto en el asfalto como en las cumbres, gracias también a un grupo de personas voluntarias que les apoyan para conseguir sus metas. Una historia de amor y superación que no tiene límites.

Joaquín, padre de Julia, cuenta la historia de superación de su hija.
El siguiente testimonio fue el titulado ‘Un sueño que parecía imposible’. Su protagonista, Alma Matamoros, una joven de Granada con parálisis cerebral que soñaba con hacer lo que su madre hacía, bajar a las profundidades de la Tierra para descubrir cuevas y simas recónditas. Con la ayuda del equipo de “Espeleosocorro Sin Fronteras” ha conseguido llegar a sitios que jamás pensaba que podría, y día a día está mejorando para poder seguir haciendo lo que más le gusta.

Alma Matamoros durante la explicación de su proyecto ‘Espeleosocorro Sin Fronteras’.
Para completar el primer bloque llegó ‘Los sueños no están para ser cumplidos, están para ser vividos’, protagonizado por la Residencia Sierra de Loja y Residencia de Salar del Grupo Alfaguara. Un día se encendió una bombilla y un sueño cobró sentido. Subir a la cima de la Península, el Mulhacén con personas con diversidad intelectual y una persona mayor. Esta aventura se hizo realidad y dejó claro que los límites únicamente nos lo ponemos nosotros. Una actividad que superó todas las expectativas y que sin la ayuda de los voluntarios no habría sido imposible.
Tras este tercer testimonio se dio paso al desayuno, tras el cual comenzó el segundo bloque de las jornadas, titulado ‘La vida te pone obstáculos y los límites te los pones tú’. La primera experiencia, ‘Cuando menos puede suponer más’, llegó desde AFANIP, asociación sin ánimo de lucro que busca brindar apoyo y asistencia a padres y madres desde el inicio y en la resolución de dudas relacionadas con la protetización, cuestiones administrativas o la atención sanitaria, entre otras. Para ello, se contó con la presencia de Martín, un chico que pertenece a esta asociación y que contó su testimonio, haciéndonos ver que a veces menos puede ser más.
Después llegó ‘Normal o como tú’, con Antonio Manuel Cáceres, lojeño y compañero de la Residencia Sierra de Loja, quien, como es sabido, recientemente ha escrito un libro sobre vidas que enseñan a mirar diferente. La historia de Alejandro, Sofía, Marcos y Laura, cuatro niños con discapacidad intelectual que, desde pequeños, fueron llevados a vivir a un centro en contra de su voluntad. Antonio nos invita a reflexionar sobre la relación que tenemos con personas con diversidad intelectual o física.

El lojeño Antonio Manuel Cáceres habló de su libro ‘Normal o como tú’.
Por último, ‘Amor incondicional al flamenco’, cuyo protagonista fue Manolo de Santa Cruz, quien, con su tesón y esfuerzo, y el de sus padres, con su constante apoyo y respaldo, se encargaron de que su deseo se materializara. Con trabajo, dedicación, clases y mucha práctica, ‘Manolo de Santa Cruz’ es hoy en día un cantaor reconocido en el circuito del flamenco de Córdoba y un habitual de la Peña Flamenca Castreña. Ha dado conciertos en toda España, e incluso ha grabado un disco titulado ‘La voluntad hecha voz’.

‘Manolo de Santa Cruz’ deleitó a los asistentes con su pasión por el flamenco.
La clausura de las jornadas fue protagonizada por Rafael López Hidalgo, quien fuera inspector-coordinador de la Inspección Provincial de Servicios Sociales en Granada. En su intervención dijo que “hemos podido comprobar que no somos diferentes, sino diversos, y que con las personas lo que necesitamos son derechos y apoyos y con ello, podemos llegar a todos los sitios”.
López Hidalgo felicitó y destacó el trabajo del Grupo Alfaguara, porque “lo primero que hace es poner por delante a la persona, eso se ha hecho aquí y es algo que antes no ocurría”. Destacó las lecciones de vida que se habían aprendido durante la mañana. “Yo me voy de aquí con la mente abierta y una alegría inmensa, así que os animo a que continuéis con estas jornadas y apostando por esto”.

Participantes en las IV Jornadas ‘Capacítate’.

La Sala de las Columnas del Pósito se llenó para asistir y participar en las jornadas.









