
Cuando están a punto de cumplirse los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, un grupo de lojeños ha querido rescatar del olvido a aquellos ciudadanos de Loja que fueron asesinados o represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura. Bajo el título “Una mirada lojeña para la verdad, la justicia y la reparación”, el CIC El Pósito y el cementerio de Loja acogieron –el viernes 3 y el sábado 4- sendos actos de memoria histórica para recordar a las víctimas con testimonios, ponencias y homenajes, con el objetivo de “recuperar una parte de la historia de Loja oculta y olvidada”.
El primero de los actos, titulado “¿Qué fue el franquismo?”, se celebró en la sala de las columnas de El Pósito, que se quedó pequeña ante la masiva asistencia de público que acudió para escuchar los testimonios de familiares de asesinados o represaliados por el Franquismo, para homenajearlas y dignificarlas, y también de activistas por los derechos humanos e historiadores que siguen rescatando del olvido sus historias.

Fue un acto muy emotivo, que reflejó el sufrimiento de muchas familias de Loja y la comarca. En los recuerdos de los familiares, también el dolor de las mujeres que quedaron viudas o los hijos que quedaron huérfanos. Es, por ejemplo, la historia Antonio Montoro Gómez, nieto de Manuel Gómez, industrial lojeño que fue asesinado “sin conocerse la causa” dejando a 9 hijos huérfanos. Hoy día no se sabe dónde está su cuerpo.
Se escucharon testimonios con los que romper el silencio, porque “recordar no es quedarse en el pasado, es una manera de dignificar a quienes sufrieron, darles el lugar que les fue arrebatado, buscar la verdad, la justicia y recuperar la dignidad”. Unas palabras de Kika Montoro, biznieta de Manuel Gómez, quien apeló a la “responsabilidad de mantener vivas las historias de nuestras familias y la conciencia despierta”.
Emocionantes fueron también las palabras de Antonia Guerrero, hija del jornalero Miguel Herrero Campaña. Recordó que, tras ser detenido, su madre iba a llevarle comida desde las Rozuelas hasta Loja donde estaba encarcelado. Fue cada día hasta que le dijeron que ya no estaba. Nadie le avisó y no pudo despedirse de él. Lo mataron con apenas 40 años.
Antonia dejó este mensaje: “no quiero compasión, solo que no se olvide mi historia, porque es también la historia de este país”. “La memoria, añadió, es el único lugar donde los nuestros pueden seguir viviendo con justicia”.
Antonio Olid, descendiente de una familia “los Olid”, muy represaliada, interpretó la canción “Al Alba” en recuerdo de las víctimas.
En el acto también intervinieron Encarna Castillo, nieta de Juan Castillo López y autora del libro ‘Venta del Rayo”; Teresa Alonso Rincón y Teresa Rincón Cebrián, nietas del alcalde republicano Juan Rincón “Juan Bravo”; Pedro Rodríguez Artacho, nieto del alcalde republicano Antonio Artacho Muñoz; María Artacho, nieta del maestro Pedro Artacho Muñoz; María Mercedes Cárdenas Núñez, sobrina de Celestina Núñez López y de Antonio Núñez López (el concejal y alcalde republicano Rafael Cárdenas Gálvez fue su tío-abuelo); además de Antonio Cobos, nieto de Antonio Elías Maroto Ordóñez, exiliado en Chile.
El acto fue presentado por la lojeña Sacramento Jáimez, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), que destacó la necesidad de “recordar y conocer”, en un momento en el que crecen los discursos de odio y se tiende a banalizar la dictadura franquista.
En el acto intervinieron Natalia García Caballos, de APDHA Granada, Francisco Maroto y Concha García, de Amnistía Internacional, los dos colectivos organizadores del acto junto a memorialistas de Loja.
Natalia García Caballos hizo hincapié en que la Memoria Histórica es, ante todo, “un compromiso con la justicia y con los derechos humanos”, añadiendo que recordar “es un acto revolucionario” y que “lo que ocurrió fue injusto y no se puede blanquear ni relativizar”
También se hizo una breve exposición de la historia local a cargo de Rafael Gil Bracero, profesor de la UGR y presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica que, entre otras investigaciones, es coautor de “Memoria insumisa y pasado oculto de la comarca de Loja”. Expuso que más de 2.000 personas de la comarca fueron procesadas y 321 de ellas fueron víctimas mortales. Recalcó la importancia de transmitir estos hechos a los jóvenes.
Además, intervinieron Alfonso Martínez Foronda, profesor de secundaria e historiador del franquismo en Granada desde hace 25 años, y la forense Elisa Cabrerizo, que forma parte del equipo que trabaja en Cuelgamuros. Y represaliados de los últimos años del franquismo, como Socorro Robles, que era estudiante universitaria en aquella época, o Juan Pérez Unquiles, trabajador de Telefónica y delegado sindical encarcelado en Barcelona. Éste último fue uno de los organizadores del acto, que fue clausurado por la fiscal de Derechos Humanos y Memoria Democrática de Granada, Montserrat Luque, y en el que el lojeño José María Fúster interpretó “Nuestras almas” de Jesús Bienvenido.

HOMENAJE EN EL CEMENTERIO
El acto de homenaje continuó al día siguiente en el cementerio de Loja, con la participación de familiares y memorialistas. El acto se desarrolló junto al monumento de la memoria histórica.
Tras la presentación por Juan Pérez Unquiles, intervinieron representantes de asociaciones memorialistas: Paco Vigueras, portavoz de la Asociación granadina Verdad, Justicia y Reparación; Jorge Fernández Díaz, grupo Memorialista del Zenete y comarca de Guadix; Rafael Morales, Asociación de la Desbandá.
También se escuchó una breve exposición sobre la historia de Loja, Salar y Huétor Tájar, a cargo de José Montero Corpas, historiador. Y la experiencia de familiares, como la de Enrique Jáimez Gámiz, nieto del maestro Marcelino Gámiz; Cristina Garrido, nieta del maestro Francisco Garrido Rodríguez; Lola Vigil, que leyó una poesía en memoria de su tío abuelo Enrique Muñoz.
También de Amalia Raya Maíz, nieta de Antonio Raya López y sobrina de Francisco Raya Arca; Jesús Malpica (el sombrerero José Bautista Escobar fue su tío abuelo); Pedro Padilla Macias, de Zagra, nieto de Antonio Macías Santiago; Sonia Jiménez Delgado, nieta de Narciso Guerrero Campaña; y Manoli Morales Fajardo, familiar de víctima del franquismo, asesinado por una denuncia falsa.
El acto concluyó con la lectura de los nombres de las personas fusiladas o muertas bajo arresto, una ofrenda de claveles y la intervención de la fiscal de Derechos Humanos y Memoria Democrática, Montserrat Luque Molina.

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