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viernes, 19 de abril de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Nuevo reto de Paco Moya, esta vez con los 31 kilómetros a nado de la UltraEbre Swin Marathon

El nadador lojeño ha superado esta nueva aventura, en la que ha querido hacer visible la donación de médula y recordar a dos deportistas fallecidos recientemente

El lojeño Paco Moya ha vuelto a embarcarse este año en un nuevo reto solidario. Si en 2018 culminó con éxito el reto de cruzar el Estrecho a nado para su proyecto ‘Historias de Vida en el Agua’, con el objetivo de sensibilizar y concienciar sobre los inmigrantes que llegan a nuestras costas en patera, ahora este nadador lojeño se ha atrevido nada menos que con los 31 kilómetros a nado de la UltraEbre Swim Marathon, una dura prueba deportiva que une las localidades de Tivenys y Ampostá, en pleno Delta del Ebro. El fin, hacer visible la donación de médula y recordar a dos grandes personas y deportistas, ejemplo de esfuerzo, de humanidad y de valores que fallecieron recientemente. Se trata de Javi de Bordons y Jorge Abarca.

Como nos cuenta el propio Paco Moya, “desde que hice el Estrecho ya tenía en mente hacer otro reto aún más largo y difícil. Intenté organizar uno por la costa granadina, de Motril a la Herradura, con unos 30 kilómetros, pero era complicado por los permisos necesarios y muy caro el alquiler de un barco, por lo que debía hacer muchos trámites con Ayuntamientos, además de buscar patrocinadores”. Su idea era concienciar sobre la contaminación en los mares y el vertido de plásticos. 

Vista la dificultad, vio más operativo apuntarse a una prueba ya existente, una maratón a nado y fue así como surgió la idea de apuntarse a la UltraEbre Swim Marathon. En principio, la intención fue hacerla el pasado año, pero debido a la pandemia hubo de aplazarlo hasta este 2021. 

Como nos cuenta Paco Moya “en este tiempo conocí a la gente de Médula Swimming, una asociación de nadadores cuyo objetivo es concienciar, visibilizar y promover la donación de sangre y médula ósea. Son un grupo de padres y madres de Málaga y de Granada que se conocieron en el Hospital Caros Haya de Málaga, donde está la unidad infantil de Leucemia. De hecho -nos cuenta- los organizadores son una pareja que perdieron a su hijo por no encontrar un donante, y ahí siguen dándolo todo por esta causa”.

Dicha asociación consiguió unir entre 2020 y 2021 la costa granadina y la malagueña a nado en varias etapas, sumando cada vez más nadadores. “Fue en estas etapas donde tomé conciencia de esta causa y me uní al reto y a su objetivo, ya tenía un motivo importante para hacer mi reto”, destaca Paco, quien añade que “otro motivación más para hacerlo fue el fallecimiento de dos amigos, deportistas y personas referentes en el mundo del deporte y por diferentes causas”. Se trata de Jorge Abarca, quien, con la enfermedad de ELA dedicó sus últimos años a hacer visible esta enfermedad y hacer retos imposibles aún con la enfermedad muy avanzada (subida al Veleta, travesías en bici, etc. “Este sí que es un héroe”, destaca Paco Moya.

La otra persona es Francisco Javier de Bordons, referente del Club Natación Armilla, primer club federado del nadador lojeño, con quien tenía una muy buena amistad, y que padecía precisamente de leucemia. “Por desgracia, cuando se había encontrado una persona compatible y le iban a hacer el trasplante de médula falleció”, lamenta Moya, quien añade que “en homenaje a estas grandes personas y para que su causa siga viva es por lo que también hice el reto, así que estas han sido las dos grandes causas de mi reto, por las cuales no me podía rendir, aún con otitis y por muy dura que fuera la prueba”.

La Ultraebre Swin Marathon a nado que se celebra todos los años en el Río Ebro, ha cumplido este año la décima edición. Con un recorrido de 31 kilómetros une desde Tivenys a Ampostá, en pleno Delta del Ebro, y la dificultad real “está en la parte final, donde entra el viento y la corriente del mar en contra, por lo que tras 20 kilómetros encima se hace más que difícil física y mentalmente, pues no avanzas”.

De hecho, según los organizadores ha sido la edición más dura de las diez celebradas hasta el momento. “Con mucho viento en contra desde muy arriba, desde el kilómetro 15 ya costaba mucho, volcaron tres kayakistas, otros tantos abandonaron y acabamos la prueba 38 nadadores de 47”, describe Paco Moya, quien tuvo el principal inconveniente de una infección de oído que estuvo a punto de impedir que pudiera realizar la prueba. 

El lojeño ha tenido que prepararse a conciencia para este exigente reto. “La preparación ha sido bastante dura, por el tema de la pandemia y la dificultad para encontrar piscinas abiertas donde entrenar, así que hasta marzo no decidí realmente que la hacía, por lo que, a partir de ese momento, tuve que ponerme a tope”. Así, como añade Moya, “empecé a ir a la piscina de Antequera pero días puntuales y con poco tiempo, menos de una hora, pero menos mal que descubrí la piscina de Archidona, donde se portaron muy bien conmigo y me dejaban margen para entrenar y horarios flexibles, aunque el problema es que la cerraron el 31 de mayo, en los meses de más carga y volumen, y tuve que ir a Atarfe. Desde marzo hasta abril entrenaba tres días de piscina una hora y una tirada el fin de semana en la playa (5-6 kilómetros). Donde más he ido ha sido a La Herradura”.

Mayo y junio han sido los meses de más carga, “con cuatro días a la semana a la piscina una hora y media, unos 4.000 metros diarios y luego tiradas más largas los fines de semana en la playa de 10-12 kilómetros y una media de 3-4 horas en el agua”. De hecho, apunta que en mayo y junio ha nadado unos 90-100 kms cada mes.

En julio del 1 al 10 ya fue bajando paulatinamente el volumen para llegar descansado al día 10. Como cuenta “esa semana fui tres días a la piscina de forma suave, aunque sufrí la infección en el oído que casi me impide hacer la prueba, pues pasé dos días bastante fastidiado, aunque afortunadamente el día de la prueba me levanté bien y decidí hacerla”.

Finalmente y a pesar de todas las adversidades, Paco Moya ha podido superar el reto y terminar “muy contento por haber terminado una prueba tan dura, que requiere de mucha cabeza, ya que pasas por momentos de todo tipo”. Finalmente, apretando mucho para llegar antes del tiempo establecido, que era de 8 horas, lo ha conseguido hacer en 7 horas y 36 minutos.

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