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12/07/2022| CARLOS MOLINA
Loja es uno de los municipios de la provincia de Granada con más tradición en la atención durante el verano de menores de familias vulnerables. El pasado 1 de julio arrancaba la novena edición de la Escuela de Verano del municipio. Un año más ha sido la ONG Cruz Roja la concesionaría de gestión de este programa instaurado por la Junta de Andalucía con el apoyo del Ayuntamiento.
En esta nueva edición, que se prolongará hasta finales de agosto, se cuenta con cerca de medio centenar de menores con edades comprendidas entre los 5 y los 13 años. Ellos son atendidos por tres monitores y una coordinadora de la propia oenegé. Los participantes son menores que cuentan con el seguimiento de Servicios Sociales Comunitarios del municipio.
El principal objetivo de este programa es que los menores mantengan su garantía alimentaria. En ese sentido reciben el desayuno y el almuerzo en el propio centro y se llevan a casa la merienda. En la mayoría de los casos estos pequeños reciben ese mismo servicio durante todo el año en el comedor escolar.
Como en pasadas ediciones el Ayuntamiento de Loja cede el uso del centro escolar Elena Martín Vivaldi así como el uso de instalaciones municipales como son el complejo de piscinas. Las labores diarias se centran en la realización de actividades de ocio pero también se cuenta con una hora de refuerzo escolar para incidir en que no olviden lo aprendido durante el curso o reforzar las materias en las que presentan mayores dificultades. Además de talleres se plantean visitas al municipio y excursiones.
El delegado de Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Granada, Manuel Montalvo, ha visitado esta escuela de verano lojeña para comprobar los avances de un programa que cuenta en Granada con una inversión de cerca de 700.000 euros para atender a 1.265 menores y contratar a 155 monitores. El delegado ha destacado que Loja es un ejemplo en la gestión que se lleva a cabo por parte de Cruz Roja y afirma que desde la Junta de Andalucía se ha hecho una apuesta real por un programa que entiende necesario. Para Montalvo no se trata solo de mantener la garantía alimentaria de los menores sino crear un aprendizaje en convivencia.
“Animó a continuar con esta labor que es muy bonita”, afirma el delegado convencido también de la buena experiencia que supone para los propios monitores. Además pidió que los padres también participen de las actividades para que así se fomente la concordia y las relaciones entre familias. El hacer excursiones y visitar espacios del municipio también fue valorado por el delegado ya que entiende así los menores conocen y respetan su entorno.
La teniente de alcalde delegada de Bienestar Social, Matilde Ortiz, agradeció la visita del delegado que cree demuestra el apoyo de la Junta de Andalucía a este programa ya longevo en el municipio. Para la edil lojeña no se trata solo de atender la necesidad física de los menores con los alimentos sino también darle opciones de ocio durante el periodo estival. Ortiz reafirma todo el apoyo del Ayuntamiento de Loja y afirma que dentro del Plan Local de Intervención en Zonas Desfavorecidas también se arranca con actividades de verano para dar servicio a muchos menores de barrios de la Alcazaba y Alfaguara.
“Que los pequeños tengan acceso a las actividades de verano es muy importante”, afirma Ortiz convencida de que con ello se fomenta su desarrollo personal. También reconoce que con ello se les permite salir de su entorno y conocer a otras personas. Para la edil es fundamental que la Junta de Andalucía siga apostando por el trabajo con los menores en familias vulnerables.
Una de más reconocidas voluntarias de Cruz Roja, Lola Muñoz, destaca el trabajo diario que se lleva a cabo en el programa. Entiende que se da respuesta a menores de familias que no pueden disfrutar de actividades veraniegas y se les permite ser un poco más felices. Muñoz destaca que se apuesta por una alimentación saludable pero también se les llena de actividades lúdicas como talleres, visitas y excursiones. “La educación en valores es fundamental en estas edades”, afirma la voluntaria convencida de la buena labor de los monitores de Cruz Roja.