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viernes, 19 de abril de 2024

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El lojeño Antonio Cobos, jefe de la Policía Local de Íllora, viaja a Ucrania para llevar ayuda humanitaria

Lo ha hecho acompañando a Vladimir Bytskllo, un ucraniano vecino de la localidad ilurquense, que pudo ver a su familia en Polonia y también a su hijo en la frontera con Ucrania, que ha sido reclutado para la guerra

La guerra está dejando situaciones personales y humanas realmente dramáticas. Cada persona afectada por la invasión de Rusia a Ucrania tiene detrás una historia marcada por el drama, el miedo, la desesperación o la incertidumbre. Uno de esos ejemplos es el de Vladimir Bytskllo, un ucraniano vecino de la localidad de Íllora, con nacionalidad española, que lleva ya residiendo en nuestro país una veintena de años.

Estos días Vladimir ha podido cumplir su deseo de llevar ayuda humanitaria a sus compatriotas y de ver también a su familia. Su esposa y su hija se encuentran en Polonia, en una vivienda acogidos junto a otros trece ucranianos más. En la frontera sur de Polonia con Ucrania se descargó el material y allí tuvo la oportunidad de reencontrarse con su hijo, que ha sido reclutado para la guerra.

Pero ese viaje no lo ha hecho solo, puesto que ha estado acompañado por el lojeño Antonio Cobos, jefe de la Policía Local de Íllora. Juntos han recorrido durante dos días en carretera los 3.700 kilómetros que separan a esta localidad de la frontera de Polonia con Ucrania.

Allí han llevado una furgoneta cargada de ayuda humanitaria, desde medicinas, pasando por ropa. Antonio Cobos cuenta que ver el drama de la guerra en vivo es muy duro. “Cuando lo vemos en televisión nos podemos hacer la idea, pero cuando lo ves in situ y cómo tienen que dejar toda una vida atrás, se te viene el mundo encima”.

La iniciativa surgió de forma muy rápida. “El día 3 me llamó el alcalde de Íllora y me dijo que había un vecino ucraniano desesperado por la situación en su país. Acudió pidiendo todo tipo de ayuda, incluso armas y contó que tenía a su mujer y sus hijos en Ucrania y que el hijo se encontraba en la resistencia en la parte suroeste del país. Allí le recomendé que su mujer y su hija intentaran salir del país e ir hasta Polonia y para su hijo se le podría conseguir ropa de abrigo y protecciones”. Y continúa: “A partir de ahí contactamos con empresarios y personas del municipio para que pudieran brindar ayuda económica y material y se abrió una bolsa de ayuda en el Ayuntamiento y gracias a todo eso hemos conseguido ayuda económica y medicinas, con cerca de 400 kilos de medicamentos, ropa, calzado y comida. Además, gracias a la ayuda de Álvaro, un lojeño que es socio de Ambulancias Alhambra, se consiguió que nos facilitaran un furgón, una antigua ambulancia, para poder llevar todo el material”.

Todo se ha hecho en tiempo récord. “El jueves día 3 se inició todo y el martes 8 ya estábamos de viaje Vladimir y yo”, nos cuenta el lojeño Antonio Cobos, el jefe de la Policía Local de Íllora. “Hemos ido nosotros dos y nos hemos ido relevando cada 400 kilómetros y lo que más apremiaba era el hecho de que también llevábamos un tratamiento oncológico. Atravesar Europa ha sido fácil y ha hecho buen tiempo, pero ya en Polonia y Ucrania nos nevó y ha hecho temperaturas bajo cero”.

Cobos reconoce que “en mi vida había pasado tanto frío. La madrugada que llegamos a Varsovia, Vladimir se quedó en el piso de refugiados junto a su esposa y yo me quedé en el furgón, en la parte delantera, ya que iba cargada de mercancía y lógicamente no la podíamos dejar sola y llegamos hasta los 12 grados bajo cero”. Según cuenta Cobos “la idea inicial era traernos a su mujer y su hija hasta España e íbamos a ir hasta la frontera con Ucrania para que pudiera ver a su hijo y su yerno y hacer la entrega del material, pero cuando le abrí la puerta lateral del furgón para que se subiera, la mujer, al ver que iba a dejar todo atrás, se derrumbó y rompió a llorar y no quería dejar a sus padres, que son mayores. Además decía que mientras estuviera en Polonia, si su hijo tuviera que pasar la frontera, la iba a tener allí, así que Vladimir se quedó con la pena de no poder traerse a su familia, eso fue lo más duro de todo”, nos cuenta Antonio Cobos.

El policía lojeño también advierte a quienes decidan acudir a Ucrania a llevar ayuda que lo hagan con todo organizado y planificado, ya que advierte que “por el camino de ida hemos visto mucha gente que acude a prestar ayuda, pero la mayoría de forma desorganizada y sin planificar nada, en algunos casos ni siquiera con ropa adecuada y hay que recordar que las temperaturas allí no tienen nada que ver con las que tenemos aquí”.

Vladimir está muy agradecido por toda la ayuda que ha recibido para poder llevar material hasta Ucrania y poder ver a su familia. “Quiero dar las gracias en primer lugar a Antonio Cobos por todo lo que ha hecho, que no tiene precio, y a toda la gente de la comarca que nos ha ayudado, especialmente a las farmacias, así como al hospital de Motril, que ha conseguido tratamiento oncológico y a todas las personas que se han volcado, no hay palabras para agradecerlo, igual que a toda España, que se ha volcado con nosotros”.

Este vecino de Íllora se muestra muy preocupado por la situación que vive su país. “Aquello no está mal, está fatal, estando muriendo mujeres, niños y es una tremenda impotencia la que sentimos en mi país”.

Vladimir lamenta no haber podido traerse a su familia. “El padre de mi mujer es una persona mayor, está enfermo y ellos no quieren marcharse de allí, porque también está mi hijo luchando y es todo muy difícil, la verdad es que la situación allí es muy complicada”.

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