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jueves, 25 de abril de 2024

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La última luna llena del verano convoca en la Alcazaba de Loja a más de setenta personas en busca de la mejor instantánea

La Concejalía de Participación Ciudadana organiza este evento también con el objetivo de acercar esta fortaleza a la población, a través de una visión más nocturna

Y la luna llena de septiembre, la última del verano, se asomó a las diez de la noche del pasado 21 de septiembre por la parte noroeste de La Alcazaba de Loja, convertida en el perfecto reclamo para más de setenta personas que ascendieron hasta los más alto de la ciudad para capturar con sus cámaras fotográficas o móviles, la mejor imagen del satélite con la que se cierra el ciclo lunar y se da paso al equinoccio de otoño. 

Las puertas del Museo de la Alcazaba se abrieron al público, en esta jornada nocturna excepcional, desde las ocho de la tarde hasta las once de la noche, para acoger este evento fotográfico, organizado por la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Loja, gracias a la propuesta de los fotógrafos aficionados Juan Carlos Gómez y Miguel Pérez y plasmar una imagen de una luna casi perfectamente dibujada en el cielo nocturno. 

El joven Ismael Espejo, con la cámara al hombro, explicó a este medio que le atrajo a participar en este evento que ofrece una oportunidad única a los amantes de la fotografía y a los curiosos de la historia local. “Que sea en la Alcazaba y que se puedan echar fotos nocturnas. Lástima que está nublado y no se puede contemplar la luna llena en su máximo esplendor”, así que dirigió su objetivo al monumento y a la torre de la Iglesia de la Encarnación, entre otras imágenes. 

Fueron muchos otros los que se asomaron a la fortaleza lojeña para conocer una visita nocturna de este símbolo histórico de la ciudad, como son su aljibe y murallas, declaradas Monumentos Histórico-Artístico en junio de 1931, su patio de armas, la Torre del Homenaje y el Caserón de los Alcaides Cristianos, convertido en museo histórico.  

Así lo comentó la lojeña Mª Dolores Vigil que no dudó en visitar cada rincón del edificio fortificado, porque le rememoraba momentos de su infancia que vivió  entre estos muros. “Yo me he criado aquí, en todo este entorno. En el Día de Reyes nos metíamos en el torreón a jugar, nos metíamos en los barcos turcos, cogíamos el agua de la lluvia, dormíamos en la parte de arriba, también escarbábamos para encontrar el tesoro.  

Su vecina Yolanda Muñoz también recordó momentos de su niñez en esta fortaleza. “Me he traído a mi hijo, para enseñarle la Alcazaba de mi manera, de la forma que la viví. Los vecinos de este barrio nos concentrábamos aquí, éramos como una familia porque todo se hacía aquí arriba”.  

En principio, las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas para observar esta luna llena completamente iluminada y que se la conoce como la luna de la cosecha por ser la que ocurre más cerca de la estación otoñal y es cuando se alcanza el pico de la cosecha. “Al emitir tanta luz, los agricultores aprovechaban para trabajar por la noche y continuar con las labores de recolección hasta altas horas de la madrugada”, comentan algunos entendidos, en su visita.

La concejala de Participación Ciudadana, Encarnación Murillo, que también estuvo en esta visita nocturna, valoró la experiencia “muy positivamente” y destacó la afluencia de público para un horario no habitual. “La respuesta ha sido muy buena, mejor de lo esperado, porque hoy -supuestamente- el tiempo no iba a acompañar, hace fresquito y tampoco hemos visto bien la luna por los nublos, pero se nota que hay ganas de reanudar la actividad entre la ciudadanía”.

Una noche que concluía con los continuos sonidos de los obturadores que no pararon de disparar fotos, una vez que la luna llena se decidió a salir en su máxima esplendor.      

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