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jueves, 25 de abril de 2024

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La IX Noche Celeste se sube a Sierra Martilla para observar las perseidas

Más de un centenar de personas disfrutan de una nueva jornada de observación del universo en la que se vinculó la arqueología y la astronomía 

El pasado fin de semana [14 y 15 de agosto] Loja volvió a mirar al cielo, aprovechando la ‘lluvia de meteoros’ tan seguida en estas fechas. Tras el parón el año pasado por la pandemia, el área de Turismo del Ayuntamiento de Loja volvió a organizar la ‘Noche Celeste’, que en su novena edición se trasladó a Sierra Martilla, a casi 900 metros de altitud, para establecer el vínculo entre la arqueología y la astronomía. 

Alrededor de 120 personas, más los astrónomos del Grupo Sirio que se desplazaron a Loa con sus equipos, disfrutaron de esta noche de observación de las perseidas que comenzó, en la tarde previa, con una visita guiada para conocer el yacimiento arqueológico, desde donde se disfrutó de la puesta de sol. Para la gran mayoría de participantes el lugar era desconocido: “Quedaron sorprendidos por encontrarse en un lugar tan mágico”, explicó Ramón Pérez, director del Área de Turismo. 

Ya en los primeros minutos de oscuridad se pudo contemplar la luna con un telescopio equipado con una cámara. Uno de los astrónomos fue explicando los tesoros del satélite natural de la Tierra, como sus cráteres o llanuras. 

Otra de las principales novedades de esta edición era la presencia del astrónomo lojeño Francisco Javier Pérez, quien ofreció un recorrido por la vía láctea y los rincones del universo en los que los astrofísicos están cada vez más convencidos de que se puede encontrar vida. 

Como en ediciones anteriores, en la observación astronómica participó el  también profesor lojeño Sebastián Cardenete, quien hizo un recorrido astronómico para dar las claves sobre cómo orientarse a través de las estrellas, reconocer las constelaciones o interpretar el firmamento. 

La observación se hizo mediante siete equipos del Grupo Sirio que estaban orientados a diferentes astros que se podían ver en el cielo. También hubo dos charlas, una sobre astrobiología y otra sobre la naturaleza de las perseidas.  

Como nota negativa, hacia bastante calor y había calima, por lo que el cielo no se pudo ver con suficiente nitidez, tal y como indica Ramón Perez. 

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