Las instalaciones del CEIP Elena Martín Vivaldi volvieron a acoger una nueva edición de la Escuela de Verano. El programa es sufragado por la Junta de Andalucía con el apoyo del Ayuntamiento de Loja, que cede el centro, y la gestión de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja. Es el octavo año consecutivo que se desarrolla en el municipio con una gran valoración por parte de los menores atendidos.
A pesar de las circunstancias especiales que se viven a causa de la pandemia, este programa se ha mantenido durante los meses de verano con el fin de facilitar un periodo estival de ocio y refuerzo a menores de familias en riesgo de exclusión social. En total se ha contado con 48 menores que han disfrutado de dos meses llenos de actividades. Además de intentar mejorar su aprendizaje dentro de su formación educativa en el centro se han atendido sus necesidades alimenticias con desayuno, comida y merienda.
Cabe recordar que las jornadas, de lunes a viernes, comienzan a las 8:45 y finalizan poco después de las 13:30 horas. En este año se ha renovado las actividades grupales con el fin de mantener la distancia de seguridad sanitaria y se han llevado a cabo, como en pasadas citas, viajes, visitas y disfrute de las piscinas municipales entre otros planes. No han faltado los talleres de manualidades y se les ha regalado una camiseta conmemorativa que cada uno a decorado a su gusto.
Parte de esos materiales realizados en los talleres se pudo observar el en centro este miércoles 26 de agosto, día en que se desarrolló la fiesta de clausura de la escuela. En ese momento especial, tanto para los alumnos y alumnas como para los monitores y voluntarios, estuvieron presentes representantes de Cruz Roja a nivel local y la teniente de alcalde delegada de Bienestar Social, Matilde Ortiz.
En representación de Cruz Roja en Loja tomó la palabra su vicepresidente, Antonio García, quien agradeció en primer lugar la cesión del centro escolar por parte del Ayuntamiento. El representante de la ONG deseo que este periodo de verano, tras el confinamiento vivido, hubiera servido a los alumnos de aprendizaje para el nuevo curso. Como no podía ser de otra manera reconoció la labor de los 6 monitores participantes, enfatizando la labor del coordinador, y alabó el tesón de los 10 voluntarios que han colaborado de forma desinteresada en la escuela.
Ortiz como representante del Ayuntamiento deseó que esta escuela se mantenga mucho más allá de la octava edición cumplida y puso en valor la regeneración de Cruz Roja para adaptarse a la situación actual. La edil afirmó que el consistorio seguirá apoyando la ayuda a las familias. En cuanto a la vuelta al cole deseo que fuera de una forma segura y que permita una normalidad necesaria en el aprendizaje de los menores.
Tras estos discursos se entregó un diploma a cada niño participante. También se les hizo un regalo consistente en manualidades llevadas a cabo por los residentes de la Misericordia. Los propios niños les leyeron un mensaje de agradecimiento deseando que pronto pudieran visitar la residencia con los monitores de Cruz Roja. Por último también se distinguió la labor de monitores y voluntarios. La fiesta continuó con animaciones y actividades de Eventos Non Stop y un baño en la piscina municipal.
