Las previsiones se han cumplido, no sólo desde el punto de vista organizativo sino, lo que es más importante, desde el aspecto social. La fiesta programada por la Residencia Sierra de Loja de personas con diversidad funcional ha sido un auténtico éxito y permitirá alcanzar los objetivos que se habían trazado a la hora de organizarla.
El pasado 30 de julio, además de las numerosas empresas y colectivos colaboradores, más de 500 personas se sumaron a la iniciativa y con los ingresos obtenidos por sus adquisiciones y consumiciones se podrá ayudar a sufragar los gastos de funcionamiento y mantenimiento del Centro de Personas con Discapacidad Funcional de la “Wilaya Auserd”, situada en los desérticos territorios donde se asientan los saharauis en su forzado destierro.
Pero como valor añadido a esa labor solidaria, uno de los tres menores que están pasando los meses de verano en la Residencia Sierra de Loja, dentro del programa “Vacaciones en paz”, Mustafá, podrá ver como se le solventan los graves problemas de visión que tiene.
Según ha informado la directora del centro asistencial lojeño, Luz Divina Rodríguez, a los dos pequeños que ya venían el año pasado, Mohamed y Brahim, se les sumaba esta edición el joven Mustafá. Como es habitual, a su llegada se le hacía todo tipo de pruebas sanitarias en el Centro de Salud de Loja y era así como se descubría que su estrabismo y su casi nula capacidad visual se debe a unas cataratas que sufre, al parecer, desde que era un bebé. La solución para esta enfermedad pasa por una intervención quirúrgica, por lo que se puso en marcha toda la maquinaria organizativa para tratar de que esa operación pueda efectuarse en el Hospital de Loja, pero si ello no fuera posible por la celeridad con que debe de acometerse, no se descarta que se hiciera en un centro privado. En cualquier caso, tal como asegura la directora de Sierra de Loja, se trata de que Mustafá regrese a casa con el postoperatorio completado. Esa ha sido la decisión del equipo directivo del Grupo Alfaguara que gestiona la residencia lojeña.
Así pues, no sólo se atenderá económicamente al Centro de la Wilaya Auserd, sino que, de forma más directa e inmediata, ese pequeño afectado por la discapacidad funcional y por una galopante pérdida de vista, verá cómo recobra, al menos, sus capacidades visuales.
Esa decisión se ha tomado teniendo en cuenta la opinión de los profesionales de Sierra de Loja, pues implica su atención añadida a la labor que desempeñan cada día con los usuarios habituales, afirma Luz Divina Rodríguez.
La de este año es la segunda fiesta que se organiza para ayudar al pueblo saharaui y para ello se contactaba con la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Granada y el grupo “Vientos de Libertad”, así como el Ayuntamiento de Loja a través de su Área de Bienestar Social. Lo que nació como una fiesta de despedida se ha convertido en una auténtica jornada solidaria, asegura Luz, “gracias a todas las empresas, colectivos y personas a título particular” que han prestado su ayuda.
Tal ha sido el resultado, que desde el Grupo Alfaguara, la directora y el personal del centro social lojeño se va a realizar un estudio sobre las necesidades del Centro de Personas con Discapacidad Funcional saharaui y establecer un programa de ayuda basado en la priorización de las principales necesidades que presente.
Este es el método sistematizado que pretenden llevar a cabo desde Loja como un ejercicio de colaboración con unas instalaciones en el desierto que distan mucho de las óptimas condiciones que se dan en una institución de referencia en toda Andalucía, como es Sierra de Loja.
Jornada festiva
El pasado día 30, las instalaciones del centro asistencial lojeño estaban repletas de público, los profesionales y usuarios del mismo hacían de anfitriones y participaban en todas las actividades programadas para ese día especial. Se habían instalado puestos de información de distintas asociaciones, se desplazaron hasta allí representantes de colectivos de ayuda al pueblo saharaui de toda Andalucía, representantes políticos y, cómo no, personas sensibilizadas por los problemas de los pequeños que viven en los campos de refugiados.
Desde el escenario se animó en toda la tarde noche a participara los asistentes en concursos, sorteos, visionado de documentales, bailes y otras actividades más, ejerciendo como maestros de ceremonias los dos componentes de Animaciones Non Stop.
En un lugar destacado se situaba una gran jaima (tienda de campaña saharaui) desde la que se invitaba a tomar un té a quien quería compartir unos minutos con los representantes de este pueblo despojado de su territorio.
