Una de las voces más grandes que ha dado la historia de la música en Loja, la de Pepe Pérez, ha dejado de cantar. A los 77 años y víctima de una enfermedad, José Pérez Cuberos fallecía ayer jueves en Madrid y hoy viernes será trasladado a Loja, donde su cuerpo será velado a partir de las 17.30 horas en el Tanatorio del Manzanil. Mañana sábado tendrá lugar el funeral, que se oficiará a las 11 horas de la mañana en la Iglesia de la Encarnación, donde podrá recibir la despedida de familiares, amigos y conocidos.
Hablar de Pepe Pérez es, sin duda, hacerlo de uno de los artistas más importantes que ha dado la música en Loja, desde sus comienzos a finales de los años 50, cuando empezó con el grupo Los Antares, el primer grupo de pop-rock que existió en Loja, y en el que Pepe Pérez tocaba el bajo. En esta formación lojeña coincidió con personajes como José Manuel Chamorro, Diego Jiménez Yera, Paco Sola y Paco Ramos.
Tras varios años de existencia de este recordado grupo, Pepe Pérez continuó su trayectoria artística en Los Windys, uno de los grandes grupos granadinos de la época, donde tocaba el bajo y ponía voz. Fueron más de una veintena de años en esta formación musical, hasta el punto de que a Pepe Pérez muchos le conocían como ‘Pepe Windys’. Una formación muy conocida también por los numerosos años que estuvo actuando en Portugal, concretamente en Portimao, donde llegó a cantar con una de las grandes estrellas del momento en el país vecino, Amalia Rodríguez, la reina por aquel entonces del fado. Fueron hasta cerca de una quincena de años actuando en Portugal, aunque también lo hizo en otros países, como Irán, más concretamente en su capital, Teherán. De hecho, recorrió junto a Los Windys numerosos lugares de la geografía.
Precisamente, durante su estancia en Los Windys, también llegó a coincidir mucho con otro grupo de la época, Los Denis, con los que también participaba y compartía momentos, fruto de las buenas relaciones entre sus integrantes.
Durante una actuación con su grupo en Torremolinos conoció a la que sería más tarde su segunda esposa, Matilde ‘La Trianera’, otra de las grandes voces vinculada a esta ciudad. A partir de ahí se estableció ya en Loja, donde desarrolló su trayectoria en solitario y se pudo seguir disfrutando de su prodigiosa voz y de su arte sobre el escenario.
Los últimos dos años de su vida han estado marcados por una enfermedad que se ha agudizado en los últimos meses y que, finalmente no ha logrado superar.
