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Sociedad

Manuel Molina: “Siempre quise ser cura de pueblo, he huido de ser un funcionario eclesiástico

Tras 19 años en la Iglesia de Santa Catalina, el párroco se traslada a Albolote. Su despedida está siendo muy sentida en el Barrio Alto y toda Loja”

14/09/2021 | CARLOS MOLINA

El párroco Manuel Molina en el altar de la iglesia de Santa Catalina. FOTO: C. MOLINA

.- Primeros recuerdos de su llegada a Loja. 

Fue la llegada con Don Manuel Garnica que me enseñó la parroquia y me enseñó los retoques finales de la Ermita de San Roque. Fue una presentación con la gente más cercana. Era mi tercer destino después de las Alpujarras, Guadahortuna y Torre Cardela. Quería ser cura de pueblo y en contacto con la gente. Eso es una de las cosas esenciales en mi ministerio sacerdotal. He odiado ser un funcionario eclesiástico. Quiero ser una persona encarnada en su pueblo. En mis 19 años en Loja también ha sido una realidad que ha sido muy fructífera. 

.- ¿Qué significa Santa Catalina?

Cada pueblo es distinta y diferente y lo primero que hay que hacer es conocer la realidad. Me encontré una ciudad con las puertas abiertas y gente muy buena con ganas a trabajar. Me costó trabajo superar que hasta última hora no sabes con quien cuentas pero luego ves que a la hora de la verdad allí llegan todos y todo sale adelante. 

.- Hay quién te habrá podido ver como un sacerdote permisivo. ¿Tienes esa impresión?

Queramos o no cuando comenzamos nuestro ministerio vamos muy programados pero luego todo avanza. Me encontré una parroquia muy bien organizada. Ciertamente hoy en día no se trata de anchas castillas pero en estos tiempos hay que estar con la gente y dialogar con ellos. Cuando trabajas con la gente puedes tomar decisiones sin enfados. Si te van a pedir algo que se sale de los límites, que no es propiamente cristiano, uno sabe cortarle. Pero hay que estar con la gente. Trabajar para realizar la misión y evangelizar. 

.- Hay algunas incoherencias. 

Vemos a familias que están casadas por lo civil y vienen a bautizar a sus hijos. Creo que de uno no puede quedar y así nos acercamos. Nos hemos dado con alegrías de parejas que después de bautizar a sus hijos se han casado. No podemos cerrarnos al don de la gracia. Si una persona viene a pedir hay que darlo pero ponerlos en conocimiento para que tomen su decisión. El Papa nos invita a esa apertura y cercanía, el referente principal es Jesucristo. 

.- ¿Qué se puede hacer para que la Iglesia llegue a una comunión real con la sociedad actual?

Es un tema eterno. Los tiempos han cambiado ahora con la pandemia y se plantea otro panorama. La estructura parroquial necesita un cambio. Todos los vemos. El camino es el de las comunidades parroquiales en la que las personas laicas se encarguen de su misión. No es que sean curas pero sí con su misión. Que no sean criados del cura sino con su propia actividad de forma libre desinteresada. 

.- ¿La mujer en la Iglesia es la solución?

Hay que reconocer que las Iglesias las llevan las mujeres. Nos damos cuenta que en la época de Jesús fueron las mujeres las que perseveraron. No es que lleguen a ser las que den los sacramentos, que puede ser con el paso del tiempo, pero sobre todo la participación general de los laicos. 

.- ¿Lo más positivo que se lleva?

El coger niños y jóvenes desde muy pequeños y verlos participando en la comunidad parroquial. Eso es una maravilla y una joya. Es lo más gratificante que me llevo de Loja. Agradecer a los catequistas por su labor. Dan lo que han recibido. También me da alegría de la atención con los mayores, los enfermos y la relación con los catequistas. En esta parroquia cada uno aporta una diversidad preciosa. 

.- ¿Alguna espina clavada?

Espina no tengo ninguna, he tenido tiempo para todo. Puede ser que haya tenido algunas diferencias con personas pero siempre he sabido que por encima de todo está el perdón sincero. 

.- ¿Esperabas este cambio?

Van pasando los años y crees que te tocará. Estuve a punto del cambio hace años atrás pero no estaba previsto mandar a nadie a esta parroquia y eso era una locura. Este cambio ya no me lo esperaba ya que era el final de este Arzobispo. Yo manifeste que estaba a gusto pero no me podía negar. Creo que es bueno el cambio a nivel personal y a nivel de la parroquia. Espero que todos sigan la labor en su Iglesia. 

.- Es momento de cambios. 

Lo estoy pasando mal. Tenemos ya una edad y cuesta despegarse de personas y de la convivencia que hemos tenido. Me siento más lojeño que de mi pueblo. Han sido muchos años de relación. Siempre he sentido mucho cariño. Deseo que Loja sea más participativa en su vida cristiana y que se valore el contar con tres sacerdotes. 

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