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sábado, 20 de abril de 2024

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Bonachera - Roscos de Loja

Los Misioneros Claretianos aseguran estar colaborando para esclarecer los presuntos abusos sexuales que sufrió una monja chilena en Loja

En un comunicado, la comunidad religiosa afirma que el sacerdote que presuntamente los cometió “nunca vivió ni formó parte de la comunidad claretiana de la localidad”

La comunidad religiosa de los Misioneros Claretianos de la provincia de Fátima ha anunciado que está investigando los presuntos abusos sexuales que sufrió una monja de origen chileno que formaba parte de la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano de Loja.  Los hechos, que se remontan al año 2000 pero que no fueron denunciados ante la Santa Sede hasta el pasado mes de julio, sostienen que un sacerdote claretiano, el padre Eulogio Tejerina Canal, fallecido en 2008, habría abusado de la citada religiosa.

En un comunicado, la congregación explica que el Vaticano le comunicó la denuncia el pasado mes de febrero y que en ese momento se ordenó inmediatamente la apertura de una investigación. No en vano, la comunidad claretiana manifiesta que hasta ese momento no habían tenido conocimiento del hecho que se denuncia ahora.

Además, asegura que “está colaborando en el esclarecimiento de la verdad junto con la Provincia Claretiana de Santiago, a la que pertenecía el padre Tejerina. Deja claro que el sacerdote “nunca vivió ni formó parte de la comunidad claretiana de Loja en todos sus años de existencia” y que “tampoco participó de su trabajo pastoral en la localidad”.

Por otro lado, lamentan “con profundo dolor el daño a las posibles víctimas así como el escándalo que esta situación pueda provocar en el Pueblo de Dios y en la comunidad cristiana de Loja a la que los Misioneros Claretianos han servido pastoralmente y con la que se sienten unidos por una historia en común que dura más de 60 años”.

Añaden que la relación de la comunidad claretiana de Loja con la comunidad de las Hermanas del Buen Samaritano fue siempre “de respeto, colaboración y ayuda mutua”.

Finalmente reafirman “el más absoluto rechazo” de toda conducta que atente “contra la dignidad de las personas, sea del carácter que sea”, y se comprometen “a seguir trabajando para proteger a toda persona vulnerable y fortalecer una cultura de cuidado y respeto, en línea con las recientes orientaciones del Papa Francisco”.

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